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Un tribunal oral de Zárate-Campana dictó sentencia en el resonante caso del asesinato de María Alejandra Abbondanza, de 38 años, ocurrido el 16 de septiembre de 2022. La Justicia impuso condenas severas a los tres miembros de una misma familia, destacando la inédita penalización de los ascendientes por su participación en el ocultamiento del cuerpo y por delitos conexos.

El principal condenado, Agustín Leonel Chiminelli (27), recibió la pena de prisión perpetua tras ser hallado culpable del femicidio y de los abusos sexuales perpetrados contra la víctima.

El fallo cobró relevancia por la condena a los padres del asesino:

·Carlos Rubén Chiminelli (69) fue sentenciado a 18 años de cárcel por coautoría en los abusos, encubrimiento agravado del crimen y la tenencia ilegal de un arma de fuego.

·Liliana Esther Sánchez (64), madre de Agustín, recibió una pena de 17 años de prisión por su participación en los abusos y por el encubrimiento del asesinato.

La mecánica del crimen y el ocultamiento nefasto

La víctima, María Alejandra Abbondanza, fue vista por última vez en las inmediaciones de su domicilio en Campana, sin cartera ni llaves, mientras paseaba a su perro cerca de las 17:30 horas. Posteriormente, ingresó a la vivienda de su vecino, Agustín Chiminelli.

La investigación judicial determinó que un altercado dentro del inmueble escaló a una agresión fatal por parte de Agustín. Tras cometer el crimen, el femicida contó con la complicidad activa de sus padres, quienes colaboraron en la atroz maniobra de ocultamiento: el cadáver fue subido a una parrilla en la terraza de la propiedad con la intención de quemarlo y deshacerse de la evidencia.

Precedente sobre la responsabilidad familiar

El tribunal consideró que el conocimiento de los padres sobre el historial de violencia de género y abuso sexual de su hijo agravaba su situación, al haber colaborado en las acciones posteriores al homicidio. Este aspecto confiere un gran peso al fallo, pues establece un importante precedente en materia de justicia de género en Argentina: por primera vez, se aborda con esta severidad la responsabilidad de los familiares directos del autor de un femicidio por su rol en el encubrimiento de la violencia machista. La sentencia subraya la necesidad de combatir la violencia de género, incluso cuando esta se manifiesta en dinámicas de complicidad intrafamiliar.