Un escalofriante caso de explotación sexual conmociona a Salta, donde más de una decena de alumnas de un colegio de la zona sur fueron víctimas de una red criminal. Las adolescentes, con edades comprendidas entre los 12 y 16 años, eran ofrecidas a clientes, con precios que alcanzaban los $200.000 si eran vírgenes y $60.000 por un beso. (foto Copenoa)
La investigación se inició tras la imputación de tres empresarios salteños y un remisero, quienes coordinaban los encuentros con las víctimas.
El mecanismo de engaño y captación
Según la fiscalía, el sistema de captación operaba con la ayuda de un compañero de las propias adolescentes. El chofer era el encargado de atraer a las víctimas mediante engaños. A cambio de participar, las menores recibían dinero, celulares de alta gama y ropa de marca.
El fiscal general Eduardo Villalba señaló que la frase clave utilizada para coordinar los encuentros era “Vamos a hacer la onda”.
Los servicios sexuales se llevaban a cabo principalmente en dos moteles ubicados sobre la Ruta 26. Para evitar levantar sospechas, las jóvenes eran escondidas en el baúl del vehículo y eran recogidas durante los recreos escolares o al finalizar las clases. Los encuentros eran extremadamente breves, con una duración aproximada de 18 minutos.
En casos específicos, los clientes recibían a las menores en sus domicilios. Allí, presuntamente les administraban drogas —incluyendo marihuana y pastillas— con el objetivo de aumentar la estimulación sexual, además de exponerlas a otros actos de perversión.
Contención y llamado a la denuncia
La Fiscalía Federal está colaborando estrechamente con las familias de las víctimas y el área de Atención a la Víctima para ofrecer contención a las adolescentes. Este acompañamiento ha sido fundamental para que más jóvenes se animen a relatar sus experiencias.
La denuncia y la contención resultaron clave para desmantelar esta red y exponer el grave crimen de abuso y explotación.