Un peculiar episodio de inseguridad se registró en una verdulería de la capital salteña, donde la dueña del comercio fue sorprendida por un audaz ladrón que se llevó dos bolsas repletas de mercadería. En cuestión de segundos, el sujeto escapó con una bolsa de papas y otra de cebollas, un inusual "botín" que quedó incompleto.
El ladrón, que huyó a toda velocidad por Avenida Virgen del Valle en contramano, dejó una pista que reveló su aparente plan: perdió una tercera bolsa que contenía tapas de empanadas listas para cocinar. Este hallazgo abrió la insólita hipótesis de que el delincuente no buscaba dinero, sino simplemente los ingredientes para un banquete criollo.