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La caída de Tony Janzen Valverde Victoriano, conocido en el hampa como “Pequeño J”, pone bajo la lupa a una sofisticada organización narco transnacional. El joven peruano de 20 años, capturado en su país de origen tras una intensa persecución, está señalado como el autor intelectual del brutal asesinato de tres jóvenes en Florencio Varela.

Lo que más intriga a los investigadores es el perfil del acusado: carecía de antecedentes penales en ambos países. Los fiscales creen que esta fachada de inocencia se construyó evitando la participación directa en los homicidios, mientras se concentraba en dirigir la logística y el tráfico de drogas desde la Villa 1-11-14 y el sur bonaerense.

El allanamiento a su base de operaciones, una casa en Isidro Casanova, reveló pruebas cruciales. Además de encontrar una pistola Glock escondida, los detectives hallaron documentos y comprobantes de giros de dinero a Perú, confirmando la conexión internacional de la red. Un detalle escalofriante fue el mensaje que Valverde Victoriano dejó en la puerta: “Si te metes conmigo te metes con Dios”, una frase que encapsula la sensación de impunidad que lo llevó a desafiar a las autoridades.

Su huida a Perú se frustró gracias al rastreo de su celular, lo que permitió a un operativo coordinado entre fuerzas argentinas y peruanas dar con él mientras viajaba oculto en un camión de pescado por la Panamericana Sur.

Ahora, la Justicia argentina acelera los trámites de extradición para que "Pequeño J" enfrente los cargos por las muertes de Brenda del Castillo, Morena Verdi y Lara Gutiérrez. La investigación no solo busca condenarlo a él, sino también desarticular la compleja estructura criminal que operaba bajo su mando.