Una exhaustiva investigación de la Procuraduría de Narcotráfico del Ministerio Público Fiscal culminó con la detención de Iván Méndez, un letrado de 52 años acusado de ser el principal intermediario de presos de alto riesgo. La detención de Méndez, quien se recibió de abogado en la cárcel de Devoto, se produjo en las afueras del penal de Ezeiza, tras una visita a César "Loco César" Morán de la Cruz.
La investigación sobre Méndez se inició en enero de 2025, a raíz de una pista obtenida en la celda del narco René Ungaro. Las autoridades descubrieron que Méndez utilizaba su rol de abogado para eludir los controles penitenciarios y proveer un "servicio a medida" que incluía llevar y traer mensajes, coordinar llamadas y mantener conectados a los capos narco con sus organizaciones en el exterior.
Entre la selecta clientela de Méndez se encontraban algunos de los nombres más notorios del crimen organizado en Argentina, como los Cantero y Julio Andrés Rodríguez Granthon, quienes, a pesar de las estrictas medidas de seguridad, continuaban operando desde prisión. La detención de Méndez llevó a una serie de allanamientos en las celdas de sus clientes y en tres domicilios vinculados a él. Las autoridades secuestraron vehículos y múltiples dispositivos móviles, claves para la investigación en curso.