Una comerciante fue estafada por una mujer que la engañó utilizando una aplicación que simulaba ser una plataforma de home banking. La víctima contó que perdió más de medio millón de pesos en productos a raíz de la situación. Todo quedó filmado por las cámaras de seguridad.
Ocurrió en Rosario pero, como es sabido, estas modalidades se replican en todo el país. Incluso, en Cutral Co ya hubo un caso nada más que era un MP falso.
La secuencia tuvo lugar el último lunes dentro del local ubicado sobre calle Presidente Roca al 1100. Cuando Adriana, propietaria del negocio y víctima de la estafa, se encontraba atendiendo, ingresó una mujer que luego se identificó como "Barbie".
Desde un primer momento hubo un trato amigable entre ambas, según relató Adriana en diálogo con programas de Radio y TV rosarinos la estafadora "entró como cualquier clienta, pidiendo asesoramiento, y yo la asesoré sobre diferentes productos y marcas de maquillajes". Contó que la falsa clienta se expresaba amable y agradecida por la buena atención.
Mientras hacía diferentes consultas, "Barbie" pasó unos 40 minutos dentro del local hablando con la comerciante, todo con el objetivo de lograr entrar en confianza con ella y así perpetrar fácilmente la estafa, que se consumó al momento del pago.
"Ella hizo mucho hincapié en el buen acercamiento que tuvimos. Yo la atendí como lo hago con todo el mundo, tuvimos largas conversaciones", precisó Adriana. Sumando todos los artículos que la estafadora eligió para llevarse, incluyendo un secador de pelo, el monto total llegó a $570.000.
Lo que ocurrió, de acuerdo con la descripción de la víctima, fue que al momento de pagar la falsa clienta le pidió que ella misma ingresara sus datos en lo que, como descubrió más tarde, resultó ser una falsa plataforma de home banking o billetera virtual trucha.
"Me hizo un cuento del tío", dijo Adriana, y detalló: "Me decía que tenía mala vista, y me hizo agarrar su celular para que yo pusiera el alias, el wifi del local y el monto de la compra".
La mujer no llegó a identificar de qué banco era la interfaz que se estaba replicando, y lo único que pudo precisar es que mostraba una tipografía en color rojo.
Habiendo colocado sus datos, le devolvió el celular a la estafadora, que en ese momento le envió un falso comprobante de la transferencia directamente al WhatsApp del local, en la que tanto el monto de la compra como los datos eran correctos.
Finalmente, la ladrona la saludó afectuosamente con un beso y se marchó sin que Adriana llegara a controlar si el monto se había acreditado, cosa que hizo luego para confirmar que la habían estafado. "Cuando se fue, descubrí que no me había entrado el dinero en la cuenta. No lo corroboré en su momento porque, de la manera en la que se dio todo, caí", reconoció la comerciante.