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Los hechos violentos registrados en Cutral Co – Plaza Huincul desde el principio de año, muestran que en la mayoría de los casos son heridas de arma de fuego. Hilando un poco más fino, surge también que son de calibres de guerra: .45, .9mm, .32, .38 y otros por el estilo.

“Hay fierros por todos lados. Parece que todo el mundo tiene un arma”, dicen los policías que afrontan cada jornada la lucha contra la delincuencia en las calles de las ciudades.

Los últimos homicidios o los heridos, hasta aquellos que fueron víctimas de balas perdidas, dejan en claro que son todas armas de fuego.

El fenómeno no es nuevo. Nunca se logró desbaratar el tráfico de armas hacia la comarca petrolera. En algún tiempo se notó que ingresaban menos porque eran casi todos heridos de arma blanca, pero hoy la amplia mayoría son por balazos.

Esta también es una materia pendiente de la justicia y la policía. Hace unos años, el comisario Mazzone, en los partes de prensa, hacía un conteo periódico de las armas secuestradas. Casualmente, o no, coincidió con la merma de la circulación. Pero ahora, hay muchas nuevamente en la calle.

“Pagan hasta 1,5 millones por las armas”, contó alguien que dijo conocer del tema. Esa sería una explicación posible.

El otro punto es que, si bien policía recupera armas en allanamientos y procedimientos, nunca se logró dar con la línea de provisión del armamento. Llegar al que las vende.