La fiscal del caso Gabriela Macaya requirió que se extienda la prisión domiciliaria que viene cumpliendo L.A.P, un varón condenado por intentar asesinar a su expareja y a la hija de la mujer en Picún Leufú.
Durante la audiencia realizada ayer, la representante de la fiscalía explicó que la medida de coerción estaba por vencer y planteó la necesidad de que continúe detenido por el plazo de un mes. Argumentó que la sentencia condenatoria aún no se encuentra firme, por lo que es necesario sostener la restricción.
Luego de escuchar a las partes, el juez de garantías Lisandro Borgonovo extendió la detención domiciliaria por dos meses.
Sentencia
En marzo de 2024, un tribunal colegiado, integrado por los jueces Lisandro Borgonovo, Eduardo Daniel Egea e Ignacio Pombo, declaró al imputado penalmente responsable por los delitos de homicidio agravado por el vínculo, por mediar violencia de género y por la utilización de arma de fuego, en grado de tentativa (por el ataque a su expareja), en concurso real con homicidio agravado por la utilización de arma de fuego, en grado de tentativa (en lo referido a la hija de la mujer), ambos en carácter de autor (artículos 79, 80 incisos primero y onceavo, 41 bis, 45, 42 y 55 del Código Penal). La decisión del tribunal fue alcanzada por unanimidad.
Luego, en junio de 2024, fue el mismo tribunal quien resolvió imponer la pena de 11 años y 4 meses de cumplimiento efectivo. La fiscal del caso había requerido una pena de 15 años de prisión.
Este hecho fue investigado en forma conjunta por el fiscal jefe Gastón Liotard, la fiscal del caso Gabriela Macaya y por el asistente letrado Federico Cuneo.
Hecho
La teoría del caso que acreditó la fiscalía fue que el 28 de febrero de 2023 cerca a las 7:20, cuando el imputado ingresó al patio de la casa de la víctima y permaneció allí escondido. En un momento, la mujer salió de la vivienda y fue a cargar una camioneta para emprender un viaje, y él la sorprendió y la golpeó. Luego, sacó un revólver calibre 38 y comenzó a darle culatazos en la cabeza, mientras ella intentaba defenderse y le gritaba a su hija para que llamara a la Policía.
Cuando la hija de la mujer salió de la vivienda, también recibió un culatazo. En ese momento, la madre empujó al agresor -que gatilló el arma sin que el disparo saliera- y logró quitarle el revólver. Después de sacarle el arma, la arrojó al patio de un vecino.
Tras ello, las dos mujeres ingresaron a la vivienda y L.A.P, quien quedó en el patio, tomó una soga, se la ató al cuello y se colgó de un tirante. Allí dejó cuatro sobres con cartas con contenido machista, dirigidas a distintas personas. Luego llegaron al lugar efectivos policiales que habían sido alertados, cortaron la soga y detuvieron al imputado.
La identidad del condenado se reserva con el objetivo de proteger la intimidad de las mujeres que sufrieron la agresión.