El fiscal del caso de Zapala, Marcelo Jofré, quedó a cargo de la investigación que inició el Ministerio Público Fiscal tras el hallazgo de restos óseos en la zona de Aluminé.
La medida que dispondrá el fiscal del caso es la realización de estudios de ADN para verificar la identidad, así como el tiempo estimado de muerte.
En forma provisoria, y de acuerdo a testimonios recogidos, se estima que los restos podrían pertenecer a Marco Aurelio Carrasco Melio, un ciudadano chileno nacido en 1960 y que estaba desaparecido desde junio de 2022.
"El hallazgo de los restos fue en la zona del lago Quillén, en un sector de bosque frondoso y distante a unos 15 metros de la orilla", indicó el fiscal Jofré. "Junto a los restos fue hallada ropa y borceguíes, que familiares que estuvieron en el lugar identificaron como pertenecientes al ciudadano chileno que estaba desaparecido, aunque aún restan los estudios de ADN para verificar oficialmente la identidad", agregó.
Los restos óseos y la vestimenta fueron recogidos y secuestrados en el contexto de un procedimiento del que participó personal de la Policía provincial, de Gendarmería, de Prefectura y de Parques Nacionales. Hasta el lugar, llegaron en dos lanchas.
"Por la información que recogimos hasta el momento, los restos fueron encontrados por familiares de este señor que estaba desaparecido. Ellos mismos cruzaron por senderos del bosque donde no hay controles fronterizos, ya que tenían entendido que ese era el lugar al que había ido la última vez que tuvieron contacto", detalló el fiscal del caso. Y puntualizó que "todos los familiares fueron identificados y entrevistados para tener más precisiones en torno al caso".
Los restos óseos estaban esparcidos en un radio de diez metros cuadrados aproximadamente.
Los familiares de la persona que permanecía desaparecida reconocieron los borceguíes, un chaleco de pesca y el gorro de lana, entre otras prendas de vestir.