"Si hasta el momento no hubo arrepentimiento, creo que hoy no va a haber", expresó entre lágrimas Cintia López a la prensa en la puerta de los tribunales de Comodoro Py 2002.
Cintia López, la mamá de Lucas González, el adolescente asesinado por policías en el barrio de Barracas en noviembre de 2021, dijo esta mañana que no va a perdonar a los efectivos de la Policía de la Ciudad que mataron a su hijo, y que espera que los asesinos "no salgan nunca de la cárcel", así como su hijo "no va a salir más del cementerio"; mientras que el padre de la víctima, Héctor "Peca" González, adelantó que pedirá una audiencia con el jefe de Gobierno porteño, para que el 17 de noviembre, día del crimen de su hijo, no sea más el día de la policía porteña.
"Si hasta el momento no hubo arrepentimiento, creo que hoy no va a haber. De mi parte, no los voy a perdonar, que los perdone Dios", expresó entre lágrimas Cintia a la prensa en la puerta de los tribunales de Comodoro Py 2002, donde el Tribunal Oral en lo Criminal 25 dará a conocer durante esta jornada el veredicto en el juicio a los tres policías acusados del homicidio de Lucas y a otros 11 imputados por el encubrimiento del hecho.
La mujer dijo que llega "destrozada" a este día en el que no sólo se conocerá el veredicto del juicio sino que también es su cumpleaños.
"Yo no tendría que estar acá hoy. Yo tendría que estar en mi casa con mi hijo festejando mi cumpleaños. Me la destrozó, estoy muerta en vida, no tengo vida, no tengo rumbo", agregó.
Cintia espera que los jueces le den a los asesinos de su hijo "la misma condena" que hoy cumple su hijo asesinado.
"Cuando yo saque a mi hijo del cementerio quiero que ellos salgan de la cárcel, o sea, nunca. Yo a mi hijo no lo voy a sacar nunca del cementerio, quiero que ellos no salgan nunca de la cárcel", explicó.
"Estigmatizaron, lo discriminaron, los vieron dos veces porque eran morochos. Lo vieron, lo eligieron, lo esperaron, me lo acribillaron, me lo torturaron y me lo quemaron con cigarrillo"
"Peca" González
Por su parte, el papá de la víctima, "Peca" González, dijo que espera la prisión "perpetua" para los asesinos de su hijo y las penas que pidió su abogado, Gregorio Dalbón, para los otros 11 policías juzgado por el encubrimiento.
"Ojalá que Lucas ponga en manos del tribunal que se haga justicia y que le dé el mejor regalo a su madre en el día de su cumpleaños", afirmó.
El papá de Lucas comentó que está convencido que en este caso hubo un componente de "odio racial" y "discriminación", por el solo hecho de que su hijo y sus amigos eran "morochitos".
"Estigmatizaron, lo discriminaron, los vieron dos veces porque eran morochos. Salen de una villa, de la 21-24 de un barrio carenciado como es el de Barracas, salieron de entrenar. Lo vieron, lo eligieron, lo esperaron, me lo acribillaron, me lo torturaron y me lo quemaron con cigarrillo", dijo González.
A su vez, anunció que le pedirá una audiencia con el jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, para que cambie el día de la Policía de la Ciudad.
"Ese día, 17 de noviembre, se cumplía el aniversario de la Policía de la Ciudad y ese día fue la peor noticia y la tragedia más grande que nos tocó vivir en nuestra vida y estamos padeciendo. Le voy a pedir con todo respeto que el 17 de noviembre no sea más el día de la Policía de la Ciudad, que elija otro día porque ese día nos arruinó la vida a nosotros, que cambien esa fecha porque la Policía de la Ciudad se merece ser conmemorada, pero los buenos policías", explicó.
También pidió que a los policías "no les den ningún beneficio" y "cumplan lo que tengan que cumplir" porque a Lucas "no le dieron oportunidad de vivir, no se pudo defender".
"Nos quitaron un hijo, es la tortura misma, día a día", concluyó.
El proceso a los catorce policías
El juicio que se le sigue a 14 policías de la Ciudad por el crimen de Lucas González, llega a su fin este martes, cuando el tribunal oral de a conocer su veredicto tras casi 4 meses de debate y más de 50 testigos que declararon en 18 audiencias.
La audiencia se desarrolla en el auditorio AMIA de los tribunales federales de la avenida Comodoro Py 2002, en el barrio porteño de Retiro, con mayor capacidad para la asistencia de público y donde se desarrollaron las dos primeras audiencias del debate oral, que comenzó el 16 de marzo y en el que se recibió la declaración de más de 50 testigos.
Durante las 18 audiencias en las que se extendió el debate oral, se juzgó las actuaciones del inspector Gabriel Alejandro Isassi (42), el oficial mayor Juan José López (48) y del oficial Fabián Andrés Nieva (38), miembros de la División Brigadas y Sumarios 6 de la Comuna 4 de la Policía de la Ciudad, imputados por el crimen de Lucas (17) y la tentativa de homicidio de sus tres amigos, Joaquín Zúñiga (19), Julián Salas (19) y Niven Huanca (19).
Además, también se debatió sobre la participación de otros 11 efectivos porteños de distintos rangos en el encubrimiento de hecho y las posteriores torturas para los tres sobrevivientes.
En su alegato, el fiscal general Guillermo Pérez de la Fuente solicitó que los tres miembros de la Brigada 6 de la Comuna 4 sean condenados como coautores del delito de "homicidio agravado por haber sido cometido con arma de fuego, alevosía, por odio racial y por placer", en concurso premeditado de dos o más personas y por ser integrantes de una fuerza de seguridad, y "falsedad ideológica y privación ilegítima de la libertad" en perjuicio de Lucas, y por la "tentativa de homicidio" de sus tres amigos.
El representante del Ministerio Público Fiscal dijo que los tres policías porteños "actuaron como cazadores que esperan a una presa", ya que los "emboscaron y les tendieron una trampa", al tiempo que afirmó que "no les dieron a las víctimas ni la mínima capacidad de defensa".
"Encuentro los motivos en los prejuicios. Fueron los tres, todos actuaron, todos dispararon, lo que demuestra es que todos tenían la decisión de matar. Los vieron salir de un asentamiento precario, salir vestidos de una determinada forma, con un color de piel que quizás a alguno de los policías no le gustó, manejando un auto siendo jóvenes. Se convencieron de que los chicos eran delincuentes y que debían morir. Con esos prejuicios actuaron, con prejuicios de clase, de edad, de vestimenta", argumentó
El pedido fue apoyado por el abogado de la querella, Gregorio Dalbón, quien en su alegato describió a Isassi, López y Nieva como "tres mafiosos asesinos", que "vieron bajar a Lucas con una gorrita blanca" y que, en ese momento, "lo eligen por el color de piel", para luego seguirlos hasta interceptarlos y dispararles "de frente, oblicuo y de atrás, a zonas vitales".
"El agravante por el odio racial debe ser incluido al momento de dar sentencia. Los imputados fueron a la caza y posterior extermino de uno de ellos", sostuvo.
En tanto, el fiscal Pérez de la Fuente solicitó penas de prisión de entre los 4 y 17 años de prisión para los policías imputados por el encubrimiento del hecho, la privación ilegal de la libertad de los adolescentes y el abuso de sus funciones como funcionarios públicos.
"Tengo acreditado que los comisarios Daniel Alberto Santana (53), Rodolfo Alejando Ozán (54), Fabián Alberto Du Santos (52), Juan Horacio Romero (51); el subcomisario Ramón Jesús Chocobar (49), Roberto Orlando Inca (47); y el principal Héctor Claudio Cuevas (51) privaron ilegítimamente de su libertad a Lucas, Joaquín, Julián y Niven abusando de sus funciones, actuando de manera arbitraria", aseguró el fiscal.
Para ellos, los imputados de más altos rangos, solicitó la pena de 11 años de prisión y 10 de inhabilitación para ejercer cargos públicos, excepto de Cuevas, de quien pidió cuatro años al considerar que en su testimonio durante el debate oral sirvió para determinar que los comisarios y subcomisarios sabían que no se trató de un enfrentamiento armado con delincuentes, como lo habían modulado los policías de la Brigada.
En tanto, para los oficiales Jonathan Alexis Martínez (35) y Ángel Darío Arévalos (34) pidió 6 años, para Daniel Rubén Espinosa (33) 5 años y para Sebastián Jorge Baidón (28) 17 años de prisión, ya que lo consideró autor de las torturas que padecieron las víctimas.
Por su parte, Dalbón solicitó que todos los comisarios, subcomisarios y los oficiales Martínez, Arévalos y Espinosa sean condenados a 20 años de prisión al considerar que, además de ser coautores de los delitos de encubrimiento, privación ilegal de la libertad y el abuso de sus funciones, omitieron las torturas que sufrieron los menores de edad.
Dalbón, en tanto, solicitó la pena de 30 años de cárcel efectiva para Baidón, ya que afirmó que fue él uno de los que torturó a los menores, luego de que Zúñiga lo señaló en una de las primeras audiencias como quien lo esposó, lo puso boca abajo y le dijo "¿Así que sos de Varela, pedazo de villero? Mirá cómo mataste a tu amigo".
Por último, el abogado de la familia de Lucas solicito al TOC 25 la condena a tres años y medio para Cuevas, de quien no acusó por la omisión de torturas a los menores.
El testimonio de Cuevas durante el debate oral derivó el pasado el 3 de junio en la detención del oficial Facundo Matías Torres, a quien acusó de haber sido quien en su moto fue a buscar a la comisaría y trajo junto al policía Isassi el arma de juguete plantada en el auto de las víctimas con el fin de simular un enfrentamiento con supuestos delincuentes.
Finalmente, las defensas de los 14 policías porteños imputados en la causa solicitaron las absoluciones de todos al considerar, en el caso de los acusados del encubrimiento, que no participaron en dichas maniobras, mientras que los señalados como autores del homicidio aludieron que "obraron en cumplimiento del deber, en legítima defensa y sin ningún dolo previo".
Durante el debate en curso se inició una investigación contra el jefe de la Policía de la Ciudad, Gabriel Berard, al considerar, tras el testimonio de Cuevas y de dos de los abogados defensores en sus alegatos, que la máxima autoridad policial porteña estaba al tanto de lo ocurrido durante la jornada donde fue asesinado Lucas.