Ante las recientes denuncias de abusos sexuales en la infancia, reactualiza la importancia de la ESI como la herramienta para poner voz a la vulneración de derechos.
A tu hermanita le va a pasar algo... frases que los abusadores usan para amedrentar a niños, niñas y adolescentes y así lograr que no hablen, que sigan en la situación de abuso.
La Educación Sexual Integral (Ley 26.150) constituida como ley en 2006, lleva casi 16 años y es LA herramienta para poner voz a la vulneración de derechos.
Porque se enseñan los nombres de todo el cuerpo, apropiados y correctos y ello da a las infancias el poder de manifestar cuando algún adulto realiza, por ejemplo, tocamientos en su cuerpo. Si una niña dice: ''mi tío me toca la galletita", no podemos saber a qué se refiere, en cambio es es muy diferente escuchar ''me toca mi vulva''.
Los abusadores son personas cercanas a la familia, suelen ser padres, tíos, abuelos, primos y vecinos, muy contrario a la idea que se tiene de que son personas fáciles de reconocer, no nos damos cuenta que es alguien que comete abusos a las infancias. Suele ser una persona muy común, padre de familia, tío amoroso, abuelo y suele hasta ser muy carismático y amable, lo cual nunca hará sospechar que es un abusador.
Los abusos ocurren en una situación asimétrica de poder, ya que el abusador es un adulto, que involucra a un niña o niña en una conducta de tipo sexual e implica una cosificación de este, porque lo considera un objeto a ser usado para su placer.
Pueden darse comportamientos sexuales SIN contacto físico como lo son exhibir genitales, masturbación delante del niño o niña, exhibir material pornográfico, entre otras. Y, por otro lado, comportamientos con contacto físico como, tocar genitales, inducir que toque sus genitales, usar dedos o genitales para penetrar o realizar prácticas orales. Tanto con o sin tocamientos, todos estos comportamientos son abuso sexual a infancias.
Quien abusa va ganándose la confianza del niño o niña, aprovecha el vínculo de dependencia y confianza y va imponiendo maniobras para asegurar su silencio. Por ejemplo, normalizar la situación de abuso, hacerle creer que esto es algo que hacen los niños o niñas y sus adultos, también a través de la complicidad, manifestar que esto es un juego entre ellos, que es algo que está bien, también suelen usar estrategias coercitivas como denigrar al niño o niña y culpabilizarlo, por ejemplo decirle que porque es muy linda le pasa esto. También pueden usar amenazas de que algo le pasará a su mamá o hermanitos si habla, si cuenta...y de este modo todo va quedando en secreto.
La develación de este secreto es el RELATO que muchas veces ocurre en la escuela, en clases, cuando un niño o niña le cuenta a la docente que eso que ella dice que no debe pasar a él le está pasando. Aquí radica la importancia de que en las escuelas se enseñe sobre el cuerpo y también sobre la intimidad, sobre lo que queda en nuestros espacios íntimos y que nadie debe irrumpir ahí.
Enseñar y trabajar con las familias que deben bañarse solos, que hay que respetar cuando no quieren besar o abrazar a alguien, que no hay que mostrar ni exponer a las infancias a imágenes y escenas sexualizadas que no puede comprender por su edad y cuidar la exposición de las infancias a los dispositivos celulares, ya que ahí circula mucho contenido pornográfico que pueden ver sin filtro.
Los niños y niñas suelen manifestar de muchas maneras, más allá del relato, que están siendo víctimas de abusos, puede ser con comportamientos disruptivos, agresivos, dificultades para dormir, para comer, baja del rendimiento escolar, aparición de temores repentinos, llanto frecuente, culpa y vergüenza, excesiva curiosidad sexual, masturbaciones compulsivas, lenguaje sexualizado y hasta el intento de hacer con amigos estos comportamientos sexualizados.
Recordemos que la prevención de abusos es la gran herramienta que tenemos a mano con la Educación Sexual Integral en las escuelas y como familias. Usar el diálogo, estando atentos a sus comportamientos y ante cualquier duda realizar una consulta con una profesional de la Psicología o Sexología.
Somos los profesionales, las familias, los docentes quienes tenemos la posibilidad de detener estas situaciones abusivas, con los ojos atentos y la escucha adecuada, con la información acorde a su edad y teniendo la obligación por ley de denunciar.
Por infancias libres, detener el abuso es nuestra responsabilidad.
Las opiniones expresadas son responsabilidad exclusiva del autor/autora y no representan necesariamente la posición de la agencia.
La Lic. Analía Lilian Pereyra, sexóloga clínica y educativa.