A pesar que el municipio salió a informar que en la Confluencia más de 1.250.000 personas pasaron por el predio (unas 250 mil por noche), la misma comuna utilizó unos días después el argumento de prohibir la presentación de La Renga que había vendido 10 mil entradas y se esperaba llegar a 25 mil.
La cantidad de gente que participó de La Confluencia no es antojadiza. Fue informada oficialmente por el municipio. "Más de 1.250.000 personas tuvieron la oportunidad de circular, de divertirse y llevar adelante actividades culturales y deportivas durante cinco días en el predio de la Isla 132, con los cinco escenarios, los 500 artistas, los 200 emprendedores y la oportunidad de desarrollo económico y de generación de empleo", dijo el intendente Mariano Gaido, según publicó la comuna en su página web.
La Renga tenía previsto tocar el 19 de marzo en la capital provincial. En la ciudad dicen que el recital no se autoriza por la cantidad de público que podría reunir, pero el organizador acusó a la municipalidad de ejercer censura encubierta.
El productor del show que La Renga tenía previsto realizar el 19 de marzo en el paseo costero de la capital neuquina salió al cruce de la municipalidad por la prohibición del recital, al señalar que "alguien le bajó el pulgar" al grupo.
“Evidentemente no quieren que La Renga esté en Neuquén. A veces es mejor sentir la verdad de las cosas y no estar dando respuestas a un comunicado”, dijo el empresario Pablo Baldini en una conferencia de prensa.
En ese marco, Baldini explicó y mostró documentación para evidenciar que se habían cumplido con los trámites pertinentes, por lo que deslizó que la decisión final encubre un acto de censura.
“Una prohibición encubierta es peligroso para nosotros porque coarta nuestra libertad de trabajo”, dijo cuando se lo consultó el respecto.
La polémica comenzó cuando se pusieron en venta las entradas para el concierto, ante lo cual la Corporación para el Desarrollo Integral de Neuquén (Cordineu) advirtió que dicho show no había sido autorizado y sacó a relucir un documento de diciembre pasado en el que se negaban los permisos por considerar que la cantidad de público que albergaría pondría en riesgo obras que se ejecutan en las inmediaciones del lugar.
“No me creo la respuesta de Cordineu, se los digo abiertamente: no es una respuesta seria”, sentenció Baldini en la conferencia.