La Bolsa de Valores de Nueva York cerró con fuertes caídas, muy cerca de sus niveles más bajos del año, arrastrada por los temores a una recesión.
Wall Street extendió retrocesos y anotó cuatro jornadas consecutivas para el olvido. La suba de 75 puntos básicos en la tasa de referencia de la FED convalidó el enfoque contractivo que el presidente del Banco Central, Jerome Powell, había anticipado en su última aparición pública previa, y profundizó los temores de ver una recesión mayor a la esperada
Así, el Dow Jones estableció un nuevo mínimo del año y rebotó ligeramente hasta cerrar con una pérdida de 1,62%, mientras que el tecnológico Nasdaq perdió un 1,80% y el más amplio S&P 500 cayó un 1,72%.
Lo ocurrido en la bolsa neoyorquina tuvo efecto en los parqués de todo el mundo, y la bolsa portaña no fue la excepción: El índice S&P Merval retrocedió 4,38%, con lo que acumuló en la semana una baja de 1,93%, en tanto que los papeles de compañías argentinas en Wall Street (ADR´s) terminaron la sesión con mayoría de resultados en rojo, con caídas de hasta el 9%, en el caso de YPF, mientras que los bonos en dólares finalizaron la semana con un retroceso de 7%.
"Lo que se ve en el mercado de hoy, como dice el refrán, como una corriente de 'vende ahora y después pregunta', es solo eso: aumentar el efectivo ante subidas de la incertidumbre y volatilidad", dice Quincy Krosby de LPL Financial.
La caída llega luego de que la FED subió el miércoles las tasas de interés en 0,75 puntos porcentuales, la tercera subida consecutiva de esta magnitud y Powell enfatizara que estaba decidido a continuar con el endurecimiento monetario para contrarrestar la inflación.
La decisión produjo que el jueves hubiera aumentos de tasas desde el Banco de Inglaterra, entre otros bancos centrales, impulsando las posibilidades de una recesión global.
En este contexto, los inversores del mundo se están desprendiendo de sus activos y saltando a la liquidez, en momentos donde su confianza se encuentra en el peor nivel desde la crisis financiera de 2008, según el Bank of America.
Sólo en los primeros tres días de esta semana, se retiraron fondos desde los activos mundiales de renta variable por US$ 7,8 mil millones, según el informe que cita datos de EPFR, firma que provee información sobre los flujos de fondos.
En ese mismo periodo, se retiraron US$ 6,9 mil millones de los bonos y US$ 400 millones del oro, mientras que el “cash” tuvo entradas por US$ 30,3 mil millones.
Esto, para el grupo de estrategas del Bank of America, se debe a que la confianza entre los inversores se encuentra de forma “incuestionable” en el peor nivel desde la crisis de 2008 y, reflejo de ello, consideran que el dinero, las commodities y la volatilidad generan mayor retorno que los bonos y las acciones.
En el viejo continente, los principales mercados bursátiles europeos terminaron la sesión del viernes con fuertes retrocesos, ante las señales de recesión económica en la zona euro y el endurecimiento de la política monetaria de los bancos centrales.
La bolsa de París cayó un 2,28%, su nivel más bajo de cierre desde hace un año y medio; Frankfurt retrocedió un 1,97%, su nivel más bajo desde noviembre de 2020. Por su parte, Londres cayó 1,97%, Milán, un 3,36% y Madrid, un 2,46%.
La actividad privada en la Eurozona se contrajo por tercer mes consecutivo durante septiembre, afectada por la inflación, según los datos preliminares del índice de gerentes de compra (PMI) que publicó la calificadora S&P Global.
El índice, realizado en base a datos proporcionados por empresas manufactureras y de servicios, marcó 48,2 puntos en agosto, agudizando los temores a que esto se traduzca en una recesión.
Se trata de su menor nivel en los últimos veinte meses y un retroceso frente a los 48,9 puntos que había registrado en agosto, 49,9 de julio y 52 de junio.
Tras una fuerte recuperación por el levantamiento de las restricciones sanitarias, el continente se vio afectado por una aceleración de la inflación, en primer lugar, por las dificultades en las cadenas de suministro, factor que luego fue perdiendo lugar frente a los aumentos del costo de la energía y de los alimentos, que han impactado en el poder de compra y la demanda.
En el caso de los 19 países de la Eurozona, la inflación anual en agosto fue del 9,1%, un récord histórico, en una aceleración que ha impulsado al Banco Central Europeo (BCE) a disponer su mayor suba de tasas de interés de su historia –por 75 puntos- a principios de este mes.
Por su parte, entre los países, Alemania y Francia, las dos principales economías de la zona del euro, no escapan a la tendencia.