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La industria pequeña y mediana de Argentina ha alcanzado un hito preocupante: diez trimestres consecutivos en terreno negativo. Según el último reporte de la Fundación Observatorio Pyme (FOP), basado en un sondeo a 425 establecimientos fabriles, la actividad se contrajo un 4,1% en el tercer trimestre de 2025, profundizando una crisis que ya arrastra una pérdida interanual de producción del 7,5%.


El informe revela un escenario de "supervivencia" donde el factor externo es el principal protagonista. Casi el 40% de las empresas consultadas admitió haber cedido terreno en el mercado interno frente a productos extranjeros. En este tablero, el diagnóstico es unánime en todos los rubros analizados: China es identificada como la principal amenaza comercial, concentrando más del 73% de las menciones, muy por encima de competidores regionales como Brasil.


Radiografía del deterioro industrial

La crisis no solo se refleja en las máquinas apagadas, sino también en el mercado laboral y la salud financiera de las empresas:

·Impacto en el empleo: La dotación de personal registró una caída anual del 4,6%, afectando con mayor dureza a las pequeñas unidades productivas (hasta 49 empleados) que a las medianas.

·Rentabilidad asfixiada: El 81% de los industriales reporta subas constantes de costos que no logran trasladar totalmente a las góndolas, quedando atrapados entre la inflación interna y la competencia externa barata.

·Riesgo en la cadena de pagos: El 52% de las firmas sufre demoras en los cobros de clientes, mientras que un 35% admite dificultades críticas para cumplir con impuestos, proveedores y créditos bancarios.

El debate por la "competencia predatoria"

El relevamiento de la FOP —entidad vinculada al Grupo Techint— resuena con las recientes advertencias de líderes industriales sobre la "ingenuidad" de la apertura comercial ante potencias con economías centralizadas. Voceros del sector comparan la situación con una competencia deportiva desigual, donde el gigante asiático despliega una estrategia de "conquista hegemónica" mediante el volcado de excedentes subsidiados (dumping).

El caso de los electrodomésticos es el ejemplo más nítido: la importación de lavarropas chinos se multiplicó casi por diez en el último año, desplazando la producción nacional. Ante este panorama, el sector industrial argentino mira con atención los modelos de México y la Unión Europea, que han comenzado a levantar muros arancelarios para evitar que sus mercados se conviertan en el depósito de la sobrecapacidad productiva de Beijing.

El sector tecnológico: un crecimiento que se apaga

Incluso los sectores que solían mostrar resiliencia, como el de software y servicios informáticos, están sintiendo el impacto. Aunque mantienen un leve saldo positivo en lo que va del año (+0,9%), el tercer trimestre ya mostró una caída interanual del 0,8%, señalando que la parálisis industrial está empezando a derramar sus efectos negativos sobre la economía del conocimiento.