El Fondo Monetario Internacional (FMI) ha revisado a la baja la meta de acumulación de reservas para Argentina en lo que resta del año, un movimiento que refleja un reconocimiento de la compleja situación económica que enfrenta el país. En su último Staff Report, la entidad multilateral ajustó el objetivo de reservas netas a un saldo de -3,200 millones de dólares, una mejora significativa con respecto al target original de -6,800 millones de dólares.
A pesar de esta flexibilización, analistas del mercado advierten que el desafío para el Gobierno sigue siendo mayúsculo. La consultora 1816 calcula que, para cumplir con la nueva meta, las autoridades deberán conseguir 6,200 millones de dólares antes de que finalice el año. Este monto es el resultado de la necesidad de acumular 3,600 millones de dólares (para alcanzar la nueva meta) más otros 2,600 millones de dólares necesarios para cubrir los vencimientos de deuda, tanto con organismos internacionales como con bonistas privados.
Este cambio de rumbo en las exigencias del FMI coincide con la política económica del presidente Javier Milei, que ha expresado su reticencia a que el Banco Central intervenga en el mercado de divisas. En esta línea, el ministro de Economía, Luis Caputo, ha destacado que será el Tesoro quien deberá obtener las divisas necesarias para cumplir con los compromisos de deuda. Para ello, su cartera ha delineado un plan que incluye privatizaciones, venta de activos, concesiones y operaciones bilaterales con grandes bancos.