CHOCO, TOBA, PELU, MARCE; El tiempo pasa y con él se lleva cosas hermosas y otras quizás no tantas pero lo que nunca se podrá llevar, es el sentimiento, el respeto y el recuerdo permanente que tenemos de cada uno de ustedes, con quienes compartimos momentos únicos e inigualables. ¡En nuestras retinas guardamos como un gran tesoro cada hora, día, semana, mes y año compartido, haciendo lo que más nos gustaba, que era jugar al fútbol! ¡Quedan también mil anécdotas, vivencias y un gran aprendizaje, no solo en el deporte, sino también enseñanzas para la vida!

A vuestro lado, dejamos todo en cada entrenamiento y en cada partido por esa institución que nos albergaba, la que nos hizo sentir siempre que eramos una familia. Esa que nos dio pertenencia, la que siempre estaba en los momentos difíciles, haciendo propio tu dolor y también en las alegrías, la gran Familia Naranja.

Claro que esos valores que nos han marcado tienen nombres propios; Calito Linco (El Cabezón), toda una institución: sobran los adjetivos calificativos para una hermosa persona, ejemplo de superación; Daniel Anticura (Guaraca): el que como ninguno tiene un ángel especial para entrenar con los niños. Los dos faros que iluminaran por siempre a las divisiones formativas de Petro.

Pero también hubo otras personas que, desde el rol de delegados, dejaron su vida por nosotros: Luisito Linco, una excelente persona, cálida, jovial, amiga y Sebastián Carrasco; ¡que era hincha de otro club, hasta que llego a Petro y de a poco se fue identificando con su gente y de pronto fue uno más y luego integro la subcomisión y luego fue delegado y de pronto fue un hincha más! que grandes personas!

En aquellos tiempos todo era tan difícil, el club no tenía el apoyo que quizás hoy tiene del estado y en buena hora que así sea porque el querido Petro sigue cumpliendo un rol social importantísimo en la comunidad; por eso cuando los recordamos a Uds., también nos viene a la memoria personas tan importantes como Don Querci (El gorrión), que junto al viejo Contreras desagotaban la cancha a pala y picador, cada vez que llovia para que la semana siguiente pudiéramos jugar, ya que el piso de arcilla de la cancha no permitía que el agua drenara.

¡Ya ven, pasan los años, pero el sentimiento y el recuerdo sigue intacto! ¡Ustedes nunca se habrán ido, mientras exista alguien de nosotros para recordarlos!

Que decir de Pedrito Elgueta, que ya está junto a Uds., también se lo extraña un montón. Cuando se acercaba esta fecha era el primero que nos preguntaba que íbamos hacer para el 30, siempre dispuesto a trabajar y acompañarnos en cada evento recordatorio que programábamos.

Mil gracias a cada una de vuestras familias, que año a año nos han permitido recordarlos de diferentes maneras y a la comunidad Naranja que los lleva en cada una de las camisetas que lucen las diferentes categorías en formas de estrellas, simbolizando su existencia.

Con el cariño de ayer y de siempre! ¡Bocha, Enri, Pitu, Sergio, Quique, Patón y Manuel!