El deportista caribeño se impuso por 6 a 0 ante su rival chileno, Yasmani Acosta, y se convirtió en el único atleta olímpico en conseguir cinco medallas de oro en el mismo evento.
El cubano Mijaín López, de 41 años, se convirtió el primer deportista en ganar cinco oros en el mismo evento olímpico en la categoría grecorromana masculina de 130 kg.
De esta forma, se consagró como el único atleta en dominar la misma prueba individual por cinco Juegos Olímpicos consecutivos.
El multicampeón ya había expresado que se retiraría en caso de vencer. Al finalizar la pelea, López brindó una imagen para el recuerdo y la emoción. Tras ganar se sacó los botines, besó el corazón del mat y dejó su calzado en el centro de la escena, como muestra de su despedida de la lucha. Las lágrimas de su entrenador, las lágrimas de él y las lágrimas del público convirtieron la escena en un momento inolvidable.
El cubano ya había derribado otro récord: se convirtió en el primer luchador en la historia en competir en seis Juegos Olímpicos.
Previo a la final, López había expresado: “Estoy contento. Hoy es un día especial. Es un resultado muy esperado, no solo para Cuba sino para el mundo. Pero, en especial, esta final es para mis cubanos, que están disfrutando esta victoria”.
Para llegar a dicha instancia, el cubano había derrotado al coreano Lee Seungchang con una diferencia de siete a cero.
López enfrentó a otro latinoamericano, el cubano nacionalizado chileno Yasmani Acosta.
“Yasmani me lo negó en la otra olimpiada. En esta, será algo muy bonito en mi retiro. Una hermandad”, precisó López al respecto, que es amigo personal de Acosta, quién no logró llegar a la final en Tokio 2020.
“Es mi ídolo, mi hermano… cinco minutos antes de la semifinal me dio consejos”, dijo por su parte Acosta, embargado por la emoción.
Acosta se impuso a Lingzhe Meng, representante de China, para de esa manera conseguir su boleto a la final. Buscó dar la sorpresa y vencer al mejor luchador de la historia, pero no lo logró.
La última aparición de una leyenda deportiva
López es el luchador más importante en la disciplina y el deportista más laureado en la historia de su tierra. Después de Tokio había decidido retirarse, pero nuevamente se le abrió el apetito. Con este triunfo se convirtió en pentacampeón olímpico.
Nacido el 20 de agosto de 1982, en Consolación del Sur, en la provincia de Pinar del Río, López comenzó practicando beisbol, como muchos niños cubanos.
Ese deporte era uno de sus grandes amores, pero no tardó en descubrir sus cualidades para la lucha.
Probó en el estilo libre y el grecorromano, y finalmente se decantó por el primero.
Su decisión fue acertada, ya que es considerado como el mejor de la historia en su disciplina.
El camino de López comenzó en 2003, en los Juegos Panamericanos de Santo Domingo, donde obtuvo el primero de sus cuatro oros consecutivos en esa competencia. Un año después, hizo su debut olímpico en Atenas 2004, donde cayó en cuartos de final con el ruso Khasan Baroev, quien terminaría quedándose con el oro.
Pekín 2008 dio inicio a una historia de amor que parece ser eterna entre Mijaín y los Juegos Olímpicos. Esa carrera parece cerrarse en París, pero no sin brillo, la quinta medalla de oro es el justo premio que recibe este destacado deportista.
“Después de los Juegos Olímpicos quiero hacer mi retiro oficial. El retiro es duro para cualquier atleta, porque uno está adaptado tanto tiempo al deporte competitivo, donde todo el pueblo te apoya, donde todo el mundo te grita y después es un poco duro, pero estamos preparados para todo eso. Mijaín siempre va a estar invitado a todos los eventos, ya que he sido un atleta de alto rango y que todos los atletas del mundo entero admiran”, aseguró hace un tiempo en diálogo con un diario cubano.
“Después de París ahí termino. Son 41 años ya, creo que toca tiempo de disfrutar de la familia y de todos los méritos que he logrado en mi carrera deportiva”, añadió.