Soda Stereo es considerada una de las bandas de rock y pop más influyentes de habla hispana. Cerati, Zeta, Charly y una colisión que hizo historia.
Gustavo Cerati, quien por estos días cumpliría 65 años, recibía el inicio de los años ‘80 empapado en sueños y expectativas, con el afán de integrar una banda que se erigiera como eco de sus más profundos sentimientos.
Inspirado en The Police y The Cure, que visitaron la Argentina en 1980, Gustavo buscó, junto a su compañero de la carrera de Publicidad en la Universidad del Salvador, Zeta Bosio, ir tras sus anhelos con la conformación del grupo “Stress”, junto a Charly Amato, Sandra Baylac y Pablo Guadalupe, primero, y “Proyecto Erekto”, junto a Andrés Calamaro después. Ambos proyectos quedaron truncos con el correr de los días, obligando a estos dos músicos a tomar rumbos diferentes, pero no por mucho tiempo.
En el verano de 1981 coincidieron en Punta del Este. Cerati con “Sauvage”, una banda de covers de música disco, y Zeta con “The Morgan”, integrada por Sandra Baylac, Hugo Dop, Christian Hansen, Pablo Rodríguez, Charly Amato, Osvaldo Kaplan y Andrés Calamaro. Después de un par de zapadas, charlas y algunas cervezas, Cerati y Bosio establecieron un estrecho vínculo musical y de amistad que los llevó a abordar juntos un camino que sería el germen de una de las bandas de música en español más trascendentes de la historia.
Por aquellos días, Carlos Ficcichia -nombre legal de Charly Alberti- buscaba cortejar a María Laura Cerati, la hermana de Gustavo. En una de sus habituales llamadas a la casa de los Cerati, Charly fue atendido por quien más tarde sería el líder de la banda que lo marcaría para siempre. Casi de compromiso, Gustavo entabló una charla con el insistente muchacho para cubrir a su hermana, en la que este le contó que tocaba la batería y que, además, era hijo del prestigioso percusionista Tito Alberti. Días más tarde, Gustavo y Zeta decidieron visitar a Charly y todo comenzó.
Después de probar diferentes identidades como “Aerosol”, “Side Car” y “Los Estereotipos”, algunas demos y los pasos fugaces de Daniel melero, Ulises Butrón y Richard Coleman por la formación, llegó el bautismo de fuego para el trío: en 1983 nació “Soda Stereo”.
Tocaron por primera vez con ese nombre el 19 de diciembre de 1982 en el cumpleaños de Alfredo Lois, compañero de universidad y quien luego sería director de la mayoría de sus videos, creador de la imagen de la banda y conocido como “el cuarto Soda”. Fue el punto de partida de un gran recorrido por el circuito underground de Buenos Aires, exhibiendo melodías y raros peinados junto a otras bandas emergentes como Sumo, Los Twist y Los Encargados, de Daniel Melero, entre otras.
Ese mismo año grabaron unas cintas demo que sonaron en algunas frecuencias del palo, pero meses después, bajo la producción de Federico Moura (Virus), editaron su primer disco titulado “Soda Stereo”. El álbum homónimo fue presentado oficialmente en el teatro Astros en el ‘84 y al año siguiente participaron en el Festival Rock & Pop, junto a INXS, Charly García, Zas y Virus.
Después de la incorporación de Fabián El Zorrito Von Quintiero (teclados) y El Gonzo Palacios (saxo), lanzaron en 1985 “Nada Personal”, disco presentado en Obras y que incluye los hits “Cuando Pase el Temblor”, “Nada Personal” y “Juego de Seducción”. En 1986 iniciaron una gira latinoamericana y nació “Signos”, el primer disco de rock nacional editado en formato CD.
Al año siguiente, tras otra gira por el continente, lanzaron “Ruido Blanco”, con material registrado durante esos shows. En 1988 surgió “Doble Vida”, su quinto álbum, grabado en el exterior bajo la producción de Carlos Alomar. En este trabajo se destacan “Lo Que Sangra – La Cúpula”, “En la Ciudad de la Furia” y “Picnic En el 4° B”. Presentaron “Doble Vida” en Obras Sanitarias ante 25 mil personas y luego, junto a Spinetta, Fito Páez y otros artistas, cerraron el Festival por la Democracia ante 150 mil espectadores.
En 1989 salió a la venta “Languis”. Tras realizar una gira por el interior argentino y algunos países de Latinoamérica para presentar “Canción Animal”, su séptima placa, se dieron cita en el estadio de Vélez ante 40 mil personas. A fines de 1991 participaron en el show gratuito “Mi Buenos Aires Querido” frente a 250 mil espectadores y el mismo año editaron “Rex Mix”, un disco semi en vivo, con material registrado en anteriores shows. En 1992 salió “Dynamo”.
Más tarde realizaron 8 shows en el Estadio Obras, a partir de lo cual se editó el disco doble “20 Grandes Éxitos”, pero no vendió lo esperado. Como 1994 no había sido un año bueno para el grupo, deciden alejarse por un tiempo, siguiendo cada uno sus proyectos personales. Igualmente, ese año salió una recopilación bajo el nombre “Zona de Promesas”.
El trío regresa al año siguiente para lanzar “Sueño Stereo”; luego participaron del Aniversario de la ciudad de La Plata, en un show frente a 200 mil personas. En 1996 editaron el álbum “Confort y Música Para Volar” y al año siguiente, luego de una gira por Latinoamérica, anunciaron su separación, registrando de esta gira un disco doble en vivo, “El Último Concierto, Lados A” y B”.
Diez años después regresan a los escenarios para realizar una gira por toda América, colmando estadios y desatando un furor junto con la edición en 2007 de su CD+DVD titulado “Me Verás Volver”. La gira del mismo nombre superó el millón de entradas vendidas en 9 países de América, realizando 23 conciertos en tan sólo dos meses.
En la última semana de agosto de 2008 Sony/BMG edita un doble CD+DVD llamado “Gira – Me Verás Volver”, que contiene el registro de lo mejor de dicho tour. Los CDs incluyen grabaciones en vivo totalmente remasterizadas de los shows de Chile, EEUU, Colombia, México y Argentina.
Así, cada integrante siguió en la música por un camino diferente; Cerati con carrera solista, Zeta como productor de bandas y otros proyectos, como tocar en shows con Catupecu Machu, y Alberti como baterista en Mole, la banda que comparte con su hijo.
La madrugada del 16 de mayo de 2010, Gustavo brindaba un concierto en Caracas, Venezuela, cuando sufrió un accidente cerebro-vascular. Transitó cuatro años una internación en la clínica ALCLA de la Ciudad de Buenos Aires bajo tratamiento multidisciplinario para provocar respuestas neurológicas. Finalmente, murió el 4 de septiembre de 2014, bajo una luna hostil, dejando una estela de éxitos e inspiración inconmensurable y un profundo dolor en el rock nacional, vertido en un área devastada, de carreteras sin sentido y religiones sin motivo.