Margarita Jara falleció en su cama. Por el estado del cuerpo se presume que llevaba varios días sin vida. En su hogar no había signos de violencia, de acuerdo a los primeros datos surgidos de la investigación.

En las ciudades, Margarita era conocida porque paseaba con un changuito donde decía que había un bebé. Era imaginario.

Ella caminaba por las calles de la ciudad con su historia a cuestas. Vivía sola en el barrio Brentana y allí dejó su último suspiro.