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Felicitas, residente en el país desde 2023, fue detenida por el servicio de inmigración (ICE) mientras tramitaba su residencia legal tras casarse con un ciudadano estadounidense. Su madre denunció tratos inhumanos durante la detención. (Foto Archivo)

CÓRDOBA / ESTADOS UNIDOS. – Lo que debía ser el paso final hacia una vida legal y estable en los Estados Unidos se convirtió en un calvario para Felicitas, una joven oriunda de Córdoba. Mientras se presentaba en una oficina migratoria para completar su trámite de residencia tras contraer matrimonio, fue interceptada por agentes del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) y trasladada a una celda federal.

La joven había ingresado al país de manera legal en 2023 con una visa de trabajo. En febrero de 2025, se casó con Marcus, un ciudadano estadounidense, e inició el correspondiente ajuste de estatus migratorio. Según explicó su madre, Mariana Lozita, el marco legal le permitía permanecer en el país mientras el trámite estuviera en curso, a pesar de que su visa original vencía en marzo.

Una detención inesperada y tratos denunciados

El arresto se produjo de manera sorpresiva durante una de las entrevistas finales del proceso. "Fueron muy contentos porque era el último trámite, y de atrás salió una persona del ICE que la detuvo por permanecer más tiempo del permitido", relató Lozita en declaraciones a la prensa.

La denuncia más grave recae sobre las condiciones de detención que sufrió la joven durante los diez días que permaneció privada de su libertad:

Inmovilización extrema: Según su familia, Felicitas permaneció encadenada de tobillos, con una cadena en la cintura que sujetaba sus muñecas.

Fallas procesales: El 5 de diciembre, la joven no fue trasladada a su propia audiencia judicial, un error administrativo que provocó el malestar de la jueza a cargo del caso.

Libertad bajo fianza y futuro incierto

Gracias a la intervención judicial, la magistrada otorgó la libertad bajo la fianza más baja permitida. Sin embargo, la situación de la cordobesa dista de estar resuelta. Actualmente, se encuentra en libertad pero obligada a portar una tobillera electrónica de monitoreo constante.

El futuro de Felicitas depende ahora de una audiencia de deportación. En dicha instancia, la justicia estadounidense deberá decidir si prevalece su vínculo matrimonial y el trámite de residencia iniciado o si se procede a su expulsión definitiva del país por la supuesta irregularidad en la vigencia de su visa original.