Argentina ha oficializado el ingreso del subclado K de la influenza A (H3N2) tras el análisis de tres pacientes pediátricos y juveniles. Según informó la Administración Nacional de Laboratorios e Institutos de Salud (ANLIS) “Dr. Carlos G. Malbrán”, la identificación fue posible gracias a la secuenciación genómica avanzada realizada por la Red Nacional de Laboratorios.
Distribución de los casos y estado clínico
Los diagnósticos confirmados se localizan en dos puntos geográficos distintos del país, afectando a menores de edad que, afortunadamente, han presentado una evolución positiva:
·Ciudad de Buenos Aires: Un niño que requirió hospitalización preventiva, aunque sin cuadros de gravedad.
·Santa Cruz: Dos adolescentes detectados mediante el sistema de monitoreo ambulatorio de patologías respiratorias.
Las autoridades destacaron que, si bien esta cepa posee alteraciones genéticas que facilitan su contagio entre personas, no se ha demostrado que provoque síntomas más severos que las versiones de la gripe estacional que circularon en años previos.
Vigilancia y comportamiento regional
La aparición de este subclado en territorio argentino no es un evento aislado. La variante ya ha marcado presencia en Perú, Chile y Bolivia, tras haberse propagado previamente por Asia y el hemisferio norte.
Desde el Ministerio de Salud de la Nación señalaron que los indicadores epidemiológicos se encuentran dentro de los márgenes normales para la temporada. No obstante, el Instituto Malbrán y la Dirección de Epidemiología mantienen una coordinación constante con las 24 jurisdicciones del país para monitorear posibles cambios en la agresividad del virus o en los grupos poblacionales más vulnerables.
Pautas de prevención y acción
El sistema sanitario nacional insta a la población a no alarmarse pero sí a mantener la cautela. Se recomienda:
1.Consulta médica inmediata: Ante la presencia de fiebre o dificultades respiratorias, especialmente en personas con enfermedades preexistentes.
2.Seguimiento local: Las carteras de salud provinciales son las encargadas de rastrear los contactos y asegurar la asistencia en cada caso detectado.
3.Monitoreo continuo: La comunidad científica seguirá aportando evidencia para ajustar los protocolos de respuesta ante la dinámica cambiante de los virus respiratorios.
