La crisis laboral en el Parque Industrial de Pilar se profundiza con el cierre definitivo de la multinacional Magnera, que dejó a 140 trabajadores sin empleo. La compañía estadounidense, proveedora clave de insumos para pañales y toallitas higiénicas, clausuró sus operaciones en Argentina como parte de un plan global de centralización productiva.
El cierre de Magnera se suma al reciente despido de 230 obreros de Kimberly-Clark —fábrica a la que Magnera proveía—, intensificando la sangría laboral en la región.
La decisión de la multinacional se enmarca en su "Proyecto CORE", que busca una producción global más eficiente. Si bien la empresa emplea a 9.000 personas a nivel mundial, el ajuste recayó en la planta de Pilar, cuyas máquinas serán trasladadas a México.
Despidos Sorpresivos e Irreversibles
Los 100 operarios que quedaban en la planta fueron tomados por sorpresa el lunes, cuando se les pidió que se retiraran en plena jornada de producción. Este grupo se suma a los 40 trabajadores con hasta 25 años de antigüedad que ya habían sido despedidos dos meses atrás como parte del desguace inicial.
La mayoría de los trabajadores son vecinos de las localidades cercanas (Derqui, Tortuguitas, Pilar y Escobar) y cobrarán el 100% de sus indemnizaciones, con rumores de negociación por un plus. Sin embargo, la empresa —que se había consolidado a fines de 2024 tras la fusión entre Berry Global y Glatfelter— aseguró que la decisión es irreversible.
El CEO de Magnera, Curt Begle, no mencionó a los trabajadores despedidos, limitándose a justificar la medida: "Refleja nuestro compromiso de construir una organización más eficiente, receptiva y sostenible". El cierre se produce luego de que la multinacional incumpliera sus expectativas de ganancias en su último balance global.