Imagen
El reciente fallecimiento del Padre Carlos Alberto Calzado, un sacerdote muy querido y reconocido en la ciudad de Neuquén, generó una profunda conmoción. El velatorio del cura, de 76 años, se llevó a cabo en la Catedral María Auxiliadora, el mismo templo donde ejerció su vocación como párroco durante muchos años.

El funeral, realizado el pasado lunes por la tarde, congregó a un nutrido grupo de familiares, amigos y fieles que se acercaron para darle el último adiós. Sin embargo, un detalle en particular conmovió especialmente a todos los presentes: su gato, Pascual, un fiel compañero, permaneció junto al féretro durante toda la ceremonia, acompañando en un silencio cargado de emoción la despedida final.

La Diócesis de Neuquén había confirmado el deceso el domingo, provocando un gran pesar en la comunidad, que destacó unánimemente la profunda vocación del Padre Calzado y su cercanía con la gente.