El fin de semana la comarca petrolera volvió ser tierra ganada por los violentos. Hubo 3 casas baleadas, un hombre que recibió un balazo por la espalda y hasta un chico herido por una esquirla de bala perdida que recibió el impacto de un trozo de plomo que le rozó la oreja, para darle un matiz más dramático y similar al de Lucianito. ¿Cuánto falta para que hieran a alguien inocente?.. es cuestión de tiempo… (foto de archivo)
La ciudad se había calmado y en los últimos años habían bajado no solo los hechos violentos sino los homicidios. Pero el final de 2024 y el arranque de 2.025 la paz parece haberse quebrado nuevamente.
El 26 de diciembre del año fue asesinado Carlos Conejero. Le dispararon en plena vía pública, en Carlos H Rodríguez y 13 de Diciembre, en una zona con cámaras. Ya en enero fue baleado Andrés Moreno que estuvo varios días internado y, finalmente, perdió la vida. En menos de un mes dos muertes por hechos de sangre.
Pero estos no son los únicos sucesos. Son los más graves. En la comarca petrolera, en 17 días de enero, se habían registrado 5 baleados y 6 apuñalados. Pero en las últimas semanas del primer mes del año la cuenta fue aumentando.
El 30 de enero, un hombre recibió un balazo en un pie en la calle Puerto Argentino del barrio Otaño. Antes, hubo varias jornadas con cruces de disparos en la zona de Formosa y Chaco final, del Otaño.
Ocurrió algo similar en el sector del barrio Aeroparque de Cutral Co cuando dos grupos antagónicos se tirotearon varias veces durante días consecutivos. Unos desde la calle Zapala y los otros desde Calfucurá.
El 3 de febrero balearon a un hombre en un pie en la plaza Integración de Plaza Huincul cerca de las 13, es decir apenas cruzado el mediodía y en un paseo público. El 8 de febrero hubo otro herido de arma de fuego. El suceso ocurrió alrededor de las 18,30 en Elordi y Ejército Argentino. El recuento seguramente puede tener algunos lesionados más de arma blanca.
No obstante, y en paralelo, llama la atención el arsenal ilegal que vuelve a estar presente en la comarca petrolera. La mayoría de los secuestros que ha hecho policía son armas de guerra, calibres .32, .38, .9mm y hasta .45.
Con todo ese poder de fuego y sus tenedores disparando a cualquier lado, obviamente, el resultado previsible es una muerte. Como ya ocurrió conla abuela Gutiérrez, que caminaba con su nieta de la mano; con Danila Acuña, que amamantaba a su hijo o Lucianito Fuentes que estaba parado al lado del cordón de la vereda.