Las fiestas en locales que nacieron para otro fin pero se utilizan como boliche bailable, provocan molestias a los vecinos. No es solo el nivel de la música, sino todo el movimiento que se genera en torno: los autos que van y vienen, los pibes que gritan, eventualmente algunas peleas, las corridas y alguno que hasta orina en algún lugar indebido.
Todo es parte de lo que ya se ha vivido en otros lugares similares de la ciudad: Lost Palas e Indios Bar, entre otros.
El Club Plaza nació como entidad deportiva y no como salón de fiesta, pero negocios son negocios. No obstante hizo adaptaciones para mejorar la sonoridad. Los vecinos que viven en los alrededores son trabajadores que tienen sus viviendas en un área residencial a los que “les llovió” un boliche en un lugar que no estaba pensado para eso.
Los frentistas de la zona son clarísimos. “La ultima la hizo hace un mes y los vecinos estaos repodridos. Yo vivo cerca y te orinan en el portón, los policías tiran balas para esparcir a los pendejos, no se van, queda mugre. La música se escucha como si tuviéramos el boliche en el comedor”, explicó uno de ellos. Hay otros varios testimonios y todos son similares.
Hay que decir que el Club Plaza tiene la habilitación de Seguridad e Higiene y por consiguiente de Bromatología. El tribunal de Faltas había pedido adecuaciones cuando fue clausurado y, la habilitación seguramente tiene que ver con el cumplimiento de esos requisitos, aunque la Justicia Municipal no lo informó formalmente.
En definitiva, se avecina un nuevo conflicto entre vecinos y la organización del evento.