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En un extenso diálogo televisivo, el presidente Javier Milei trazó las líneas maestras de lo que será su estrategia para el próximo año, marcando una clara distinción entre sus objetivos económicos innegociables y la flexibilidad que requiere la convivencia política.

Gobernabilidad y el destino del Presupuesto 2026

La principal novedad radica en la decisión de no utilizar el veto presidencial frente a la ley de Presupuesto. El mandatario explicó que, si bien aceptará la normativa que emane del Senado, el Poder Ejecutivo se reserva la facultad de reconfigurar la distribución de fondos. El mensaje es contundente: la meta de déficit cero se mantendrá a través de una administración interna de las partidas, garantizando a la vez que no se crearán nuevos impuestos para financiar el Estado.

Tensiones partidarias y la relación con el PRO

Respecto a la interna con el espacio de Mauricio Macri por el reparto de sillas en la Auditoría General de la Nación, Milei le restó dramatismo al conflicto. Lejos de calificarlo como una fractura o traición, lo encuadró dentro de la dinámica propia del Congreso. En este sentido, también buscó desarticular las versiones de pactos con el kirchnerismo, asegurando que su gestión no se guía por acuerdos de cúpulas, sino por la lógica del poder parlamentario actual.
Justicia, instituciones y el factor humano

En cuanto a las investigaciones judiciales que pesan sobre la AFA, el Presidente optó por una postura de estricta neutralidad institucional. Aseguró que el Ejecutivo no interferirá en las causas que tramitan en el fuero Penal Económico, dejando la resolución de posibles delitos exclusivamente en manos de los jueces.

Un punto que destacó por su tono inusual fue su mención a la salud de Cristina Kirchner. Milei separó la histórica rivalidad política de la dimensión personal, expresando deseos de mejoría para la exmandataria tras su reciente internación. Este gesto buscó establecer un límite ético entre la contienda ideológica y las cuestiones de salud.

El horizonte del proyecto libertario

Finalmente, sobre su futuro en el poder, el jefe de Estado reforzó su visión de un mandato condicionado por el apoyo popular. Admitió que, tras los últimos resultados electorales, ha tomado un rol más activo en la gestión política directa, pero reafirmó que su permanencia en la función pública está sujeta a los plazos constitucionales y a la voluntad de la ciudadanía en las urnas.