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La tercera jornada del juicio oral por la denominada Causa Cuadernos intensificó la presión judicial sobre la expresidenta Cristina Kirchner. Durante la audiencia, el Tribunal Oral Federal N° 7 (TOF 7) reveló una serie de testimonios clave de exfuncionarios y "arrepentidos" que describen con crudeza la mecánica y los lugares de recepción del dinero de la corrupción.


Los relatos leídos ante el tribunal no solo confirman la existencia de un esquema de recaudación ilegal, sino que señalan directamente a la exmandataria como partícipe y destinataria final de los fondos, mencionando tanto la Quinta de Olivos como su domicilio en el barrio porteño de Recoleta.

El dinero en los domicilios oficiales

Uno de los testimonios más comprometedores fue el de Claudio Uberti, ex titular del Órgano de Control de Concesiones Viales (Occovi). Uberti, citando al exsecretario privado José María Olazagasti, sostuvo que el día del fallecimiento de Néstor Kirchner, el departamento de Juncal contenía "más de 60 millones de dólares" en efectivo. Además, detalló el presunto envío recurrente de "valijas de distinto tamaño" llenas de dinero en efectivo hacia Santa Cruz, utilizando la aeronave presidencial Tango 01.

Por su parte, los dichos del chofer y autor de las anotaciones originales, Oscar Centeno, también fueron expuestos. Centeno afirmó haber visto a la entonces presidenta en la Quinta de Olivos durante las entregas de los sobornos. Su testimonio precisa: "En la época de Cristina también llevábamos los bolsos con dinero. Se la veía a ella en jogging cruzando hacia el chalet donde se dejaba el dinero".

El "club de la obra pública"

El engranaje empresarial del esquema de corrupción fue diseccionado a través de la confesión de Carlos Wagner, ex titular de la Cámara Argentina de la Construcción. Wagner explicó la operatoria del llamado "club de la obra pública", donde las constructoras se ponían de acuerdo para repartirse las licitaciones.

El mecanismo ilegal exigía la devolución de entre el 10% y el 20% de los anticipos financieros que recibían las empresas para ser destinados a "gastos políticos". Según Wagner, toda esta recaudación ilegal era supervisada por Julio De Vido y su entonces mano derecha, Roberto Baratta.

La defensa de la expresidenta y el ritmo judicial

En contraposición a los testimonios, el TOF 7 también leyó el descargo presentado por Cristina Kirchner. En el documento, la exjefa de Estado negó categóricamente las acusaciones, tachando la causa como una "investigación deliberada" en su contra y denunciando la "fabricación" de los cuadernos originales. "No consiguieron ni una prueba que acredite los delitos", manifestó en su defensa.

La audiencia se desarrolló en medio de fricciones en el Poder Judicial, dado que el juez de la Corte Suprema, Ricardo Lorenzetti, instó públicamente al TOF 7 a "trabajar durante el verano" para acelerar un juicio que es considerado de máxima relevancia política en Comodoro Py.