Imagen
El ministro de Economía, Luis Caputo, asistió al encuentro anual de FIEL con el propósito de infundir tranquilidad en los mercados, pero terminó generando el efecto contrario. Al abordar el desafío de los vencimientos de deuda que superan los USD 20.000 millones en 2026, el funcionario expuso un "menú de alternativas" de financiamiento, confirmando implícitamente que el país carece de los dólares propios y de vías de fondeo externo consolidadas.

Caputo fue contundente al minimizar la acumulación de reservas, una meta central del acuerdo con el FMI. Afirmó que si bien es "necesario", no lo es "ahora" y que "el escenario ha cambiado", lo que permite ahora "separar lo financiero de lo monetario". Sin embargo, no anunció ninguna operación concreta para respaldar su plan, limitándose a enumerar opciones como el swap chino, el apoyo de Estados Unidos y préstamos de bancos globales.

Los tres pilares de financiamiento: Todos con fisuras

La mención de estas líneas de crédito revela la trama real que enfrenta Argentina: una "pared de vencimientos" sin la liquidez necesaria en el Banco Central (BCRA).

1. El Swap "fantasma" de Estados Unidos

El supuesto respaldo financiero de Estados Unidos está envuelto en una opacidad total. Si bien no hay información oficial del Palacio de Hacienda o el BCRA, Scott Bessent, un inversor cercano al gobierno, afirmó públicamente que Argentina ya utilizó una "pequeña parte" del swap del Tesoro norteamericano.

El hermetismo es tal que la operación cruza el límite de la legalidad: se desconoce si se emitió nueva deuda (lo que requeriría aprobación del Congreso), los montos, tasas y plazos. La única certeza, según Bessent, es que Estados Unidos "obtuvo ganancias" por el uso, lo que sugiere una operación onerosa (se rumorea la entrega de bonos) que no figura en ningún documento público. Un operador financiero con acceso a la city afirmó: "Caputo mostró las llaves de todas las puertas. El problema es que ninguna abre".

2. El enfriamiento de la banca global (JP Morgan)
Respecto a la posibilidad de obtener préstamos de bancos internacionales como JP Morgan, las expectativas se han moderado. Días atrás, el CEO global de la entidad, Jamie

Dimon, deslizó un comentario que enfrió las negociaciones: "Quizá no sea necesario otorgar un préstamo a la Argentina".

A pesar de este impasse, una facción del mercado mantiene el optimismo, citando que la presencia de figuras como Bessent en el país es clave para "destrabar" la operación.

3. El swap chino en el peor momento bilateral

La mención de utilizar el swap con China causó escalofríos en el mercado, ya que su activación o ampliación requiere la autorización directa del gobierno de Xi Jinping, y la relación bilateral atraviesa su peor momento en años.

Existen gestos concretos que demuestran el deterioro del vínculo: la suspensión del viaje a Beijing de Karina Milei, y la paralización del proyecto de las represas de Santa Cruz, la inversión china más importante fuera de su territorio. Estos movimientos son interpretados por Beijing como señales del distanciamiento político del gobierno argentino, alineado con el sector de Trump.

Los números que ahogan la gestión

La necesidad de financiamiento es urgente. Los números oficiales hablan por sí solos: USD 1.500 millones vencen antes de diciembre; USD 4.500 millones solo en enero; y más de USD 20.000 millones a lo largo de 2026.

El principal desafío es que el BCRA tiene reservas netas negativas por USD 11.000 millones (el mismo nivel que dejó el gobierno anterior), mientras que el FMI exige acumular USD 9.000 millones antes de fin de año. Incluso en un escenario comercial optimista, el superávit de 2026 difícilmente superaría la meta exigida por el organismo.