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El gobernador bonaerense, Axel Kicillof, se pronunció este miércoles sobre el crimen de Brenda del Castillo (20), Morena Verdi (20) y Lara Gutiérrez (15), halladas asesinadas en Florencio Varela, en un caso que los investigadores vinculan a una presunta venganza narco.

Desde Estados Unidos, donde cumple con una agenda oficial, el mandatario compartió en la red social X un video del canal C5N en el que el ministro de Seguridad provincial, Javier Alonso, detalló avances de la causa. “Todo apunta a que se trató de un acto de represalia de una organización narcocriminal internacional con base en la Ciudad de Buenos Aires”, sostuvo Kicillof, y aseguró que la información seguirá actualizándose “a medida que la Justicia avance”.

El gobernador llamó a enfrentar el fenómeno con un criterio federal: “Ante un hecho de esta magnitud debemos ser serios y responsables. El narcotráfico no reconoce límites jurisdiccionales ni fronteras. Se trata de grupos que recurren a todas las formas de violencia, incluso la violencia machista”, expresó. En ese sentido, reclamó un compromiso conjunto: “Tenemos que involucrarnos todos en la lucha para erradicar al narcotráfico. De lo contrario, se fortalece y se vuelve impune”.

Con estas palabras, Kicillof dejó la puerta abierta a un eventual diálogo con el presidente Javier Milei para articular políticas de seguridad a nivel nacional.

La investigación

Las tres jóvenes habían sido vistas por última vez el viernes pasado en la rotonda de La Tablada, cuando subieron a una camioneta Chevrolet Tracker blanca. De acuerdo con la declaración de una amiga de Lara, la adolescente le contó que se reuniría con un hombre que le había ofrecido 300 dólares por pasar tres días con él. Esa versión coincide con lo denunciado por familiares, quienes indicaron que las chicas ejercían la prostitución en la zona de Flores y tenían previsto encontrarse con alguien cuya identidad aún no fue determinada.

El hallazgo de los cuerpos se produjo en una vivienda de Villa Vatteone, en las calles Samborombón y Chañar, tras un dato aportado por un vecino y gracias a la señal del celular de una de las víctimas, registrada por última vez en esa zona. Los cadáveres estaban descuartizados. En los alrededores de la casa, los peritos detectaron rastros de sangre y un fuerte olor a lavandina, lo que refuerza la hipótesis de un intento de limpieza de la escena del crimen.

Mientras la causa avanza, la investigación apunta a confirmar la participación de bandas narco en lo que se perfila como un caso de extrema violencia que sacudió a la provincia.