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El mundo político de Estados Unidos quedó sacudido este miércoles tras confirmarse la muerte de Charlie Kirk, fundador de Turning Point USA, quien recibió un disparo durante un evento en la Universidad del Valle de Utah, en la ciudad de Provo. El dirigente conservador tenía 31 años y era considerado una de las voces más influyentes de la nueva generación republicana.

El ataque se produjo unos veinte minutos después del inicio de la gira “The American Comeback Tour”, organizada por su movimiento estudiantil. Testigos describieron escenas de caos y corridas cuando comenzaron los disparos, mientras Kirk era auxiliado tras resultar gravemente herido.

Según informó la vocera de la institución, Ellen Treanor, el disparo provino desde el Centro Losee, un edificio ubicado a unos 200 metros del auditorio. El agresor —que no integra la comunidad educativa— fue arrestado inmediatamente por la policía local. Un vocero de la fuerza confirmó la detención, aunque evitó brindar detalles sobre la identidad del sospechoso y los posibles móviles.

Repercusiones políticas

La noticia tuvo un fuerte eco en la dirigencia republicana. El expresidente Donald Trump, con quien Kirk mantenía una relación cercana, escribió en su red Truth Social: “Todos debemos orar por Charlie Kirk. Un gran hombre de pies a cabeza. ¡Que Dios lo bendiga!”.

El vicepresidente J.D. Vance también pidió oraciones por el activista, mientras que la congresista Marjorie Taylor Greene compartió imágenes del momento del ataque en su cuenta de X y reclamó justicia.

Trayectoria de Kirk

Charlie Kirk fundó Turning Point USA en 2012, cuando tenía solo 18 años, con el objetivo de promover ideas vinculadas al libre mercado y la reducción del tamaño del Estado. En pocos años logró expandir la organización a cientos de universidades y convertirse en uno de los referentes juveniles del conservadurismo estadounidense.

Además de su rol en el movimiento estudiantil, era un asesor informal de Trump y mantenía estrechos vínculos con Donald Trump Jr.. En marzo de este año, el expresidente lo había designado como miembro de la Junta de Visitantes de la Academia de la Fuerza Aérea, lo que consolidaba su peso político dentro del ala republicana.

El asesinato de Kirk deja un fuerte vacío en el liderazgo conservador juvenil y abre interrogantes sobre la motivación detrás del ataque, que aún se encuentra bajo investigación.