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El Senado de la Nación volverá a aumentar las dietas de sus miembros, alcanzando los 10,2 millones de pesos brutos para fin de año. El incremento se produce de manera automática tras la reciente actualización paritaria de los empleados del Congreso, a la que las dietas legislativas quedaron atadas por una cláusula aprobada en abril pasado.

El nuevo acuerdo salarial para los trabajadores legislativos eleva el valor del módulo a $2.554,84 a partir de noviembre, lo que impactará directamente en los recibos de sueldo de los senadores, que pasarán a percibir $10.216.000 brutos. Este monto supera los $9,5 millones que cobraban los legisladores que aceptaron el último aumento de junio, y los $9 millones de quienes habían renunciado al mismo.

La decisión de atar las dietas a las paritarias de los empleados generó controversia en abril, cuando se aprobó a mano alzada y sin debate, después de varios meses de polémica por los incrementos. En respuesta a las críticas, la vicepresidenta Victoria Villarruel había dictado un decreto en junio invitando a los senadores a "adecuar o no, total o parcialmente sus respectivas dietas". Sin embargo, según publicó la Agencia Noticias Argentinas el 13 de junio, solo la mitad del cuerpo presentó una nota formal para renunciar al aumento.

Entre los que no renunciaron al incremento de junio se encuentra la mayoría del interbloque kirchnerista liderado por José Mayans, a excepción del senador Fernando Rejal y de Alicia Kirchner, quien está exceptuada por percibir su jubilación. A este grupo se sumaron también legisladores de otras bancadas, como la neuquina Lucila Crexell (Las Provincias Unidas) y Natalia Gadano (Por Santa Cruz). El senador formoseño Francisco Paoltroni, por su parte, tiene su sueldo embargado por la provincia.

El nuevo incremento salarial revive el debate sobre los privilegios de la casta política en medio de un contexto de ajuste y crisis económica, a pesar de los intentos de la vicepresidenta de ofrecer una vía para la renuncia a estos beneficios.