La Unión Obrera Metalúrgica (UOM) de la seccional de Villa Constitución lanzó una dura advertencia sobre el futuro de la planta siderúrgica Acindar, una de las más grandes del país. Según Pablo González, secretario general del gremio, la drástica caída de la producción podría generar hasta 800 despidos para fines de 2025, un panorama que el dirigente calificó como una “transición hacia el holocausto industrial”.
El panorama productivo es alarmante y se lo atribuye directamente a las políticas del Gobierno nacional. González detalló que la planta pasó de producir 1.2 millones de toneladas de acero en 2023 a 700 mil en 2024, con una proyección para el próximo año de menos de 600 mil toneladas. Esta abrupta caída, de más del 50%, se debe, según el gremialista, a la paralización de la obra pública y la debilidad de la demanda del mercado interno.
Pérdida de empleos y la amenaza de las importaciones
La crisis ya se ha traducido en la pérdida de cerca de 400 puestos de trabajo, entre personal propio y contratistas. En este escenario, González alertó sobre un nuevo factor que podría agravar la situación: la apertura de las importaciones. "Todavía no ha entrado tanto acero chino, turco o brasileño", advirtió, “cuando empiece a generarse mayores ingresos de este tipo de productos, ahí vamos a tener la principal señal de alarma”.
Ante la crisis, el sindicalista se mostró convencido de que la UOM debe priorizar la defensa de los puestos de trabajo y la lucha por las paritarias. Sin embargo, no descartó un aumento de la conflictividad. "Yo le digo a todo el mundo 'prepárense porque vamos a tener que salir a la calle'", afirmó, y criticó la figura presidencial, a la que calificó como una "marioneta de los poderes hegemónicos".
González cerró su intervención con un llamado a la acción y a la defensa de la soberanía nacional como el único camino para garantizar salarios dignos y un proyecto de país inclusivo.