Se trata de Roberto Rejas, quien fue hallado culpable de los asesinatos de Milagros Avellaneda (26) y de Benicio (2), hijo de ambos, y anoche logró fugarse del Cuartel de Bomberos de la Policía de Tucumán, donde estaba detenido.
Un exguardiacárcel condenado la semana pasada a prisión perpetua por el femicidio de su expareja y el crimen de su hijo, cometidos en 2016 y cuyos cuerpos no fueron aún hallados, se fugó del Cuartel de Bomberos de Tucumán donde se encontraba detenido de forma preventiva, informaron fuentes judiciales.
Se trata de Roberto Rejas, quien fue hallado culpable de los asesinatos de Milagros Avellaneda (26) y de Benicio (2), hijo de ambos, y anoche logró fugarse del Cuartel de Bomberos de la Policía de Tucumán, donde estaba detenido.
Los voceros aún no informaron por qué Rejas estaba alojado en esa dependencia y no en la cárcel.
Según las fuentes, alrededor de las 21.30, el condenado solicitó a un guardia permiso para ir al baño ubicado en el primer piso del lugar, ya te tenía intenciones de tomar una ducha.
Pero al advertir que se demoraba más de lo permitido, un custodio ingresó para ver qué sucedía y se dio cuenta de que el condenado había escapado por una ventana.
Los investigadores sostienen la hipótesis de que Rejas había planeado la fuga con anticipación tras recibir el lunes la visita de tres hombres y que por la noche un auto lo esperó estacionado sobre calle hacia la cual daba la ventana por la que saltó, a bordo del cual huyó.
Hasta el momento no se identificó al guardia que se encontraba a cargo de la custodia del detenido.
La justicia alertó al personal de seguridad dispuesto en los pasos fronterizos que controle todos los vehículos que salgan de la provincia con el objetivo de hallar a Rejas.
En tanto, se conoció que el lunes por la mañana, Amalia Ojeda, madre de Milagros, la mujer asesinada por Rejas, realizó una denuncia por amenazas en la comisara 11°, ya que aseguró haber sido interceptada en la calle por dos jóvenes que le dijeron “vieja de mierda cerrá la boca porque te vamos a matar, deja de hacer quilombo”, según consta en la declaración.
El 22 de septiembre pasado, a cinco años de que Milagros y Benicio fueran vistos por última vez, Rejas fue condenado a prisión perpetua por los delitos de homicidio agravado por violencia de género y alevosía, por los que quedó bajo prisión preventiva por seis meses hasta que la sentencia quede firme.
El fallo aclara que si el condenado decide aportar datos acerca de dónde se encuentran los cuerpos de la mujer y el niño, se reconsiderará la pena impuesta.
De acuerdo con la investigación del caso, Milagros y Benicio fueron vistos por última vez el 28 de octubre de 2016 cuando salieron de su casa, ubicada en el Barrio Lola Mora, donde ambos vivían junto a otro hijo de la mujer y a su madre Amalia Ojeda, abuela de los niños.
Según se determinó en la causa, madre e hijo estuvieron en la zona del Parque 9 de Julio a bordo del auto de Rejas, a quien la mujer le reclamaba que reconociera al niño como propio.
En ese momento, Milagros le envió mensajes a una amiga, en los que le manifestaba que Rejas la estaba golpeando.
Esa fue la última actividad que se registró en el celular de la joven, quien al igual que el niño perdió desde ese día contacto con todos sus allegados.
Para los investigadores fue en ese momento en el que el ahora condenado los asesinó e hizo desaparecer los cuerpos.
De la pesquisa surgió que también ese día Rejas apagó su celular y lo prendió siete horas más tarde.
En el marco de la causa, la justicia realizó allanamientos en la casa de Rejas y en su vehículo, donde se encontraron machas de sangre, que el acusado dijo que pertenecían a un chancho.
Sin embargo, las pruebas realizadas dieron positivo en sangre humana, aunque como la cadena de ADN estaba incompleta no se pudo determinar con certeza a quién pertenecía.
Otro elemento que resultó importante fue que las pericias realizadas al teléfono de Rejas revelaron que horas después de la desaparición de Milagros y su hijo el hombre buscó en Google desde su celular la frase “descomposición rápida de cadáver”.