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Tras seis días de una lucha agónica en la unidad de cuidados intensivos, este viernes se confirmó el deceso de Mónica María Florencia Rodríguez. La mujer, de 35 años, permanecía internada en el Hospital Castro Rendón de Neuquén luego de ser víctima de un brutal ataque por parte de su expareja, quien se quitó la vida inmediatamente después de la agresión.

Un desenlace anunciado por la gravedad clínica

Mónica ingresó al nosocomio regional el pasado domingo 21 de diciembre en "código rojo", trasladada de urgencia desde la localidad de Centenario. El parte médico inicial del Hospital Provincial ya advertía sobre un escenario irreversible: la víctima presentaba impactos de bala en el área craneal y el cuello, lo que derivó en una lesión encefálica severa.

A pesar de las intervenciones quirúrgicas y los esfuerzos del equipo de neurocirugía, la profundidad del daño provocado por el proyectil de una pistola 9 milímetros —el arma secuestrada en la escena— terminó por apagar su vida en las últimas horas. Desde el Ministerio Público Fiscal, bajo la dirección de la fiscal Guadalupe Inaudi, se confirmó que este sábado se practicará la autopsia médico-legal para completar el expediente.

Cronología del horror y el fallo del sistema de protección

El femicidio de Rodríguez pone bajo la lupa la efectividad de los mecanismos de prevención. La víctima contaba con un Botón de Alerta Personal (B.A.P.), dispositivo que le había sido entregado apenas nueve días antes del ataque, el 12 de diciembre, debido al riesgo latente que representaba su expareja, Fernando Gabriel Gómez.

La secuencia del domingo fatal revela una persecución constante:

1.Primer alerta: Horas antes del crimen, Mónica activó el dispositivo al detectar a Gómez merodeando su casa. La policía acudió, pero el agresor se retiró y la víctima, en ese momento, optó por no formalizar una denuncia escrita.

2.Segunda activación: Cerca del mediodía, en el sector de Formosa y Arriaga, la mujer volvió a pedir auxilio. Cuando los efectivos policiales llegaron e intentaban establecer contacto con el sospechoso, se escucharon las detonaciones desde el interior de la vivienda.

3.El hallazgo: Al irrumpir en el domicilio, los agentes encontraron a Gómez sin signos vitales tras suicidarse, y a Rodríguez gravemente herida en la zona frontal del rostro.
Investigación y peritajes pendientes

El comisario inspector Juan Barroso, jefe del Departamento de Seguridad Personal, lidera las actuaciones que ahora cambian de carátula tras el fallecimiento de la víctima.

Aunque el autor material está muerto, la justicia busca determinar si existieron fallas en los protocolos de respuesta o si hubo señales de alerta previas que fueron desestimadas.

La comunidad de la toma Familias Unidas se encuentra consternada por un hecho que, a pesar de la intervención tecnológica del botón antipánico, no logró evitar que Gómez cumpliera con su amenaza de violencia extrema.