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La lista amarilla fue la ganadora de las elecciones vecinales: se quedó con 5 comisiones de un total de 11 en disputa y las otras 6 se distribuyeron entre . Obviamente, está claro que el "padrino" de las amarillas fue el secretario de Gobierno del municipio, Nelson Alvarez que, era presidente del Otaño, donde perdió por 60 votos, pero ahora logró presencia en 5 barrios de la ciudad.

Si el tema se mira territorialmente, se podría afirmar que hasta el 23 de julio pasado, Alvarez era un dirigente barrial con base solo en el Otaño. Hoy es secretario de Gobierno del municipio, tiene una banca en el CD y 5 comisiones vecinales. Su capital político se multiplicó.

Sin embargo, habría que analizar con detenimiento cómo se compone su nuevo capital y cuáles son los desafíos atados a esa posición de poder.

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El poder barrial no es simple de administrar. El reclamo vecinal suele ser destemplado y los municipios tienen tiempos distintos a las urgencias de los vecinos. Incluso, puede señalarse que los últimos concejos deliberantes de la ciudad no estuvieron justamente poblados de vecinalistas. Ni del oficialismo ni de la oposición.

Con la incertidumbre del país que se viene, el costo de las obras públicas puede sencillamente dispararse. Hay algunos que están atados directamente al dólar como el asfaltado de calles o la construcción. La "estanflación" es aumento de precios con parálisis de actividad económica.

Dicho en otras palabras, si el gobierno municipal genera respuestas para los reclamos vecinales tener poder territorial es una cosa; pero si escasean, es otra.

En paralelo, ahora Alvarez tiene 6 barrios con demanda directa porque tiene gente propia en la conducción. Y otros 5 que lo están "mirando" para evitar cualquier tipo de "preferencia".

Hay otra consecuencia de lo sucedido: el armado territorial de Alvarez, aparece como la confirmación de su intención de ser candidato a intendente. Es decir, eso lo coloca en la mira de todos los competidores y, uno de ellos, hasta podría ser el propio intendente Claudio Larraza.

No obstante, Nelson Alvarez tiene un fuerte reaseguro que lo mantiene sostenido en su puesto del gobierno: la banca del CD. Ese voto que ostenta la concejala Viviana Casado, es el quinto si se suma a los de la oposición, lo que significa nada menos que los dos tercios.

Un dato final: por alguna razón, Larraza pidió a los funcionarios del gabinete que no "jugaran" en las vecinales. Hubo de la mayoría de las colectoras que trabajaron por una u otra lista. Tanto es así, que incluso hubo de Comunidad.

Un repaso rápido muestra que Iril y Rubén "Ojito" García estuvieron en la sede del Centenario donde ganó una lista "violeta".

Las elecciones vecinales tienen alma y sustento político porque son instancias de representación básica de la comunidad, donde se delibera y se canalizan reclamos.