Un vuelo de la aerolínea Iberia se vio obligado a realizar un aterrizaje de emergencia en el aeropuerto Adolfo Suárez Madrid-Barajas tras colisionar con una cigüeña de gran tamaño. El incidente ocurrió poco después del despegue, en medio de una intensa ola de calor que afecta a gran parte de España, lo que se presume alteró el comportamiento de la fauna local.
El impacto, descrito por los controladores aéreos como "chocar contra un edificio", fue lo suficientemente fuerte como para dañar la parte frontal del avión y generar pánico a bordo. Afortunadamente, no se reportaron heridos, aunque las imágenes del interior mostraron a algunos pasajeros con las máscaras de oxígeno activadas.
El periodista Chema Forte, que cubrió el suceso, destacó la rápida y profesional actuación del piloto y la tripulación, quienes lograron regresar a tierra firme de manera segura a pesar de los daños en el radar de la aeronave.
Alerta por el impacto del cambio climático en la aviación
El aeropuerto de Madrid tiene protocolos para prevenir este tipo de incidentes, como el uso de halcones para ahuyentar a las aves más pequeñas. Sin embargo, se cree que las altas temperaturas, que este lunes alcanzaron los 42 grados en Madrid, pudieron haber desorientado a la cigüeña, llevándola a la ruta de vuelo.
Este suceso ha reabierto el debate sobre cómo los fenómenos climáticos extremos, cada vez más frecuentes, podrían afectar la seguridad aérea. Los expertos señalan que el aumento de las temperaturas no solo impacta en la fauna, sino que también altera la rutina de los trabajadores, quienes tienen permitido interrumpir sus tareas cuando la temperatura supera los 38 grados.