Una vecina de Plaza Huincul sufre una situación extrema: tras 25 años de matrimonio, se separó de su pareja hace más de un año y durante un tiempo compartieron la vivienda matrimonial hasta que su ex pareja decidió cambiar la cerradura de la casa y le cortó la tarjeta de débito con lo cual prácticamente quedó en la calle y sin recursos. La mujer hizo la denuncia hace dos meses y espera una resolución de la justicia estando sin lugar donde vivir.
La vecina, que pidió anonimato para contar su caso, señaló que “Estoy separada hace un año. En el trayecto de este año convivíamos en la misma casa, siempre hubo malos tratos y cosas así, hasta que en septiembre, voy a la casa de mi mamá, por el tema de que mi mami se enferma, entonces me hice cargo de llevarla al médico. Iba y venía todo el tiempo a mi casa, porque tengo una hija que es menor de edad. En esto que yo voy y vengo empezaron más los malos tratos, no quería que yo esté en mi casa”, dijo.
“El 9 de septiembre él me echa de casa, me dice que me tengo que ir porque no es mi casa, que es la casa de él, quedo en la calle. Me fui en contra de mi voluntad, hubo una discusión, en ese momento no pasó a mayores, solo me echó”, contó.
“Ahí empezó toda esta odisea de no tener donde estar. No podía ingresar a mi casa porque me decían cosas, que no tenía que estar ahí, que no era mi casa, que me vaya. Maltratos sicológicos, me lo decía mi hija y mi ex marido, ella es adolescente y hace lo que su papá le dice. Yo voy y vengo todos estos meses, cuidando a mi mamá, yo trabajo en forma independiente, sin ningún tipo de recurso, de dinero, empezaron mucho más intensos los maltratos sicológicos, maltrato económico, no me dejaba usar la tarjeta de débito”, señaló.
“Sigo con el tratamiento de mi mami, viajo a Neuquén, hace una semana atrás voy a mi casa en busca de mi ropa, porque yo tengo todo en mi casa, 25 años de casada, viviendo desde los 19 años en esa casa y me encuentro con que me cambió la cerradura de la casa. No puedo entrar a mi casa, le pido a mi hija que por favor me abra la puerta porque tenía que ir a trabajar, yo soy masajista y me dice que no, que su papá le dio la orden de que no me abra la puerta hasta que él no llegara. Obviamente que me puse mal, me largué a llorar, en todo este trayecto he ido a la justicia para que me ayuden, porque estoy en situación de calle”, resumió.
Cuando éste medio le preguntó dónde pasaba sus noches, explicó que “duermo a veces en la camioneta porque cuando me fui de casa me fui en el vehículo, a veces me quedo con mi mamá o me quedo donde me pueda quedar, porque es así”, confirmó.
“No tengo dónde dormir, no tengo entrada economía para poder sustentarme, o ayudar a mi mamá, me cortó la tarjeta de débito que tenía yo, me la dio de baja, yo jamás se la use por este tema que me cuestionaba dónde compraba y por qué. Un día voy a comprar a la cooperativa porque no teníamos para comer y a él le salta todos los movimientos de la cuenta porque él es el titular y me sacó la tarjeta”, dijo.
“Denuncias tengo un montón echas, siempre me han dicho que esto es una situación de un proceso de separación donde siempre hay conflictos, hay que hacer un duelo de separación pero ya lo mío es mucho más que eso. Esta semana vuelvo a mi casa, porque tengo todas mis cosas ahí, golpeo y me abre la puerta, no me saludan, me miran como diciendo vos qué haces acá. Voy a la habitación y me desarmaron la cama que yo tenía, me habían prestado una cama para que yo duerma en mi casa, porque la habitación matrimonial se la dejó para él”, sostuvo.
“No tengo la cama, la devolvieron, me tienen las habitaciones con llaves, el quincho de la casa está con llave, donde yo tengo las herramientas de trabajo”, sintetizó.
“La justicia no me ha dado una respuesta concreta, yo he pedido la exclusión del hogar porque él trabaja bien, puede alquilar, tiene un sueldo y no he recibido respuesta. El tema judicial yo lo empecé cuando él me echa en septiembre, hace más de meses que yo ando vueltas”, describió.
“Cuando fui a mi casa, mi hija se enoja porque ella manda en la casa, manda a su papá y conmigo está enojada porque yo siempre puse un límite, dejó la escuela. Se enoja, se ponen a gritarme, a decirme que no la entiendo que no es mi casa, que me tengo que ir, llaman a la policía. La policía llegó a mi casa, preguntaron qué estaba pasando, les dije por favor que me dejaran quedarme en mi casa porque no tengo donde estar, le explico esto a mi ex marido, a mi hija y me dijeron que no, que no es mi casa, que me tengo que ir”, recordó.
“Yo me descompenso, me empujaron, tengo los brazos con moretones y me tuve que retirar de mi casa, porque tuve que ir hacer la denuncia y sigo dando vueltas, no tengo donde ir, no tengo trabajo, no tengo nada”, insistió.
Finalmente dirigió un mensaje a la justicia: “Por favor se pongan una mano en el corazón y más allá que uno es mujer y que muchas veces aguantamos un montón de cosas dentro de la casa, también tenemos derecho, tenemos que estar en nuestra casa, porque es algo que corresponde y por ley tiene que ser así y que actúen lo más rápido que puedan porque en mi situación hoy estoy en la calle, hoy no tengo donde ir, mi mamá enferma, es una persona mayor, su jubilación es baja”.