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La central obrera, unida y fortalecida, reclama la participación de sindicatos y empleadores en el debate. Cuestiona la "inversión de prioridades" del Gobierno y advierte que la reforma es un intento de flexibilización sin consenso.


La Confederación General del Trabajo (CGT) profundizó su crítica al proyecto de reforma laboral impulsado por el Gobierno de Javier Milei, asegurando que la administración de La Libertad Avanza está "invirtiendo el orden de prioridades" al insistir en el empleo antes que en la carga tributaria. El cotitular de la central, Jorge Solá, fue enfático al reclamar: "Bajen los impuestos, que para eso vino este gobierno".
Solá sostuvo que la elevada presión impositiva, que representa entre el 30% y el 40% de las ventas de una PYME, es el verdadero freno para la inversión y la generación de puestos de trabajo. "Una pyme que quiere nacer paga impuestos nacionales, provinciales y municipales antes de contratar un solo trabajador", graficó el dirigente.

Reforma sin consenso y vicios de origen
La principal objeción de la CGT radica en la forma en que el Gobierno está gestionando el debate. Solá describió cualquier intento de reforma como "viciado" si avanza "sin letra chica, sin consensos y sin los sectores afectados en la mesa".

Sin Proyecto Formal: El dirigente destacó que aún no existe un proyecto oficial formal, sino solo "trascendidos" y "versiones" que el Gobierno hace circular para luego desmentirlas.

Ausencia de Actores Clave: La preocupación se centra en que los "dos actores que sufrirían las consecuencias" de una nueva ley —la inversión productiva y los trabajadores— no están siendo consultados seriamente. La nueva conducción sindical, que incluye referentes como Octavio Argüello de Camioneros, ya había calificado el borrador oficial como una flexibilización de derechos, destinada a extender jornadas y eliminar horas extras.

Crítica a la Judicialización: Respecto a la preocupación empresaria por la litigiosidad, Solá fue tajante: "Si el empleador paga lo que corresponde, el juicio no existe. Tomar trabajadores en negro es un delito, lo dice la ley". Atribuyó los largos procesos judiciales a fallas en la Justicia, y no en el marco legal.

 La CGT, unida y proactiva en el Congreso

Solá aseguró que la CGT llega "fortalecida y unida" al debate que se abrirá en el Congreso, previsiblemente después del tratamiento del Presupuesto (es decir, en febrero de 2026).

El movimiento obrero, afirmó, "no sólo está para resistir, sino también para aportar soluciones que generen más trabajo, mejores condiciones y mejores salarios". El mensaje político de la central fue claro: "Representamos a todos los trabajadores, voten al peronismo o no. Los intereses de los laburantes no tienen afiliación partidaria".
La central insiste en que la reforma debe convertirse en una política de Estado con un rol público definido: "El Estado debe ser inteligente, eficaz y no burocrático, pero presente para garantizar reglas claras". Solá concluyó que "si la discusión de la reforma laboral es solo política, está mal planteada".