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El presidente Javier Milei sufrió un duro revés político en la Cámara alta. En una sesión de alta tensión, la oposición en el Senado logró revertir uno de los vetos más controvertidos del Ejecutivo, reactivando la crucial Ley de Financiamiento Universitario y la Ley de Emergencia Pediátrica. La jornada marcó una ruptura evidente en la relación entre el oficialismo y el resto de los bloques legislativos.

La Ley que Desafía el Ajuste Universitario

El centro del conflicto radica en la Ley de Financiamiento Universitario, una norma diseñada para proteger a las casas de altos estudios del severo ajuste presupuestario implementado por el Gobierno.

El proyecto, ahora restaurado por el Senado, establece una hoja de ruta para garantizar la sostenibilidad del sistema universitario público:

·Actualización de Partidas: Los fondos destinados a universidades, hospitales universitarios, ciencia y tecnología se actualizarán al 1° de enero de 2025, tomando como base la inflación acumulada de 2023 y 2024.

·Incrementos por IPC: Durante 2025, los fondos recibirán aumentos bimestrales atados al Índice de Precios al Consumidor (IPC).

·Recomposición Salarial: Se prevé una actualización mensual de los salarios de docentes y no docentes por inflación, buscando restaurar el poder adquisitivo perdido.

Esta iniciativa surge como respuesta directa a la política de austeridad. Según la Asociación Civil por la Igualdad y la Justicia (ACIJ), el presupuesto universitario para 2025 se encuentra en su nivel más bajo en dos décadas, con una caída real del 32% desde 2023, a pesar de un aumento decretado del 29%.

Emergencia Pediátrica y Quiebre Político

Además del financiamiento educativo, el Senado también anuló el veto presidencial a la Ley de Emergencia Pediátrica. Esta norma prioriza la asignación de recursos para garantizar insumos críticos, medicamentos, equipamiento y mantenimiento edilicio en la atención infantil a nivel nacional.

La ley también dispone una recomposición salarial inmediata para todo el personal de salud —incluidos residentes— que trabaja con población pediátrica.

El rechazo contundente a estos vetos no solo representa una derrota en términos legislativos para el Gobierno, sino que también señala un quiebre definitivo en el equilibrio de fuerzas dentro del Congreso, donde el oficialismo se encuentra en una clara minoría.