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El Gobierno nacional autorizó mediante un decreto, el ingreso de tropas extranjeras para realizar ejercicios militares combinados en territorio nacional. La medida es calificada como una "irregularidad grave" por especialistas en Defensa, ya que evitó la necesaria autorización del Congreso de la Nación.

La polémica autorización se extiende para el periodo del 20 de octubre al 15 de noviembre y afecta bases clave como Mar del Plata, Puerto Belgrano y Ushuaia, en lo que se interpreta como una nueva señal de alineamiento incondicional con la política militar de Estados Unidos.

La violación del artículo 75: ejercicios estratégicos sin aval legislativo

La Constitución Nacional, en su artículo 75, inciso 28, establece que el ingreso de fuerzas armadas extranjeras es una prerrogativa exclusiva del Congreso.

El decreto presidencial avala el ejercicio "Tridente", un entrenamiento combinado que involucra a las Fuerzas Navales de Operaciones Especiales del Comando Sur de Estados Unidos y personal de la Armada Argentina. Este se suma al ejercicio "Solidaridad" (con Chile y EE. UU.), que se centrará en la respuesta ante catástrofes.

El doctor en Ciencias Sociales y especialista en Defensa, Luciano Anzelini (UBA), fue categórico al señalar la gravedad de la decisión, poniendo el foco en el ejercicio Tridente:
"Es un ejercicio verdaderamente relevante desde el punto de vista estratégico y revela una violación de lo que fija la Constitución Nacional", afirmó Anzelini.

El especialista subrayó que el personal estadounidense se entrenará en zonas de relevancia estratégica crítica, como Tierra del Fuego, crucial por la proyección antártica, el carácter bicontinental de Argentina y el área bioceánica del Cono Sur.

La "Impericia Burocrática" y las señales a Washington

El Gobierno justificó el uso del Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU) por la falta de tratamiento legislativo previo del Plan Anual de Ejercicios Combinados.
Anzelini criticó duramente esta justificación, señalando la "impericia burocrática" del Ministerio de Defensa, cuyos funcionarios "desconocen la gestión de temas tan complejos".

Según el académico, el proyecto de ley para autorizar las ejercitaciones se envió al Congreso con cinco meses de demora.

Más allá del error administrativo, el especialista sostiene que el uso del DNU tiene un claro componente político: el Gobierno busca dar "señales inmediatas a Estados Unidos", especialmente en el contexto de un presunto salvataje financiero y el apoyo electoral del tándem Trump-Besent.

El riesgo del "alineamiento dogmático" frente a China

La decisión de acoplarse militarmente a Washington ocurre en un contexto de intensa rivalidad sistémica global entre Estados Unidos y China. Anzelini advierte que el Comando Sur (Comandantes Laura Richardson y Alvin Holsey) ha expresado abiertamente su preocupación por la creciente presencia china en la región.

El alineamiento militar se complementa con la marginación de proyectos estratégicos chinos en Argentina, incluyendo:

·La anulación de respaldo al puerto multipropósito que se iba a desarrollar en Río Grande con capitales chinos.

·La exclusión de empresas chinas de proyectos como la Hidrovía y el financiamiento de centrales nucleares (Atucha 3 y reactor CAREM).

·La presión de EE. UU. para instalar una base naval integrada en Ushuaia, que serviría como punto de abastecimiento para submarinos nucleares estadounidenses y centro de proyección sobre la Antártida.

Anzelini concluye que esta "occidentalización dogmática" es un riesgo, ya que Argentina "se baja el precio" en lugar de adoptar una estrategia más sofisticada de combinación de restricción y colaboración en una agenda "a dos puntas" con las potencias.