Es el segundo tumor más frecuente en el país. Cada año provoca 7.500 muertes. Los expertos explican que si es detectado a tiempo, las chances de cura son superiores al 90%. Sin embargo, los expertos advierten que es bajo el cumplimiento de los controles.
El cáncer colorrectal (CCR) es el segundo más frecuente en la Argentina, con más de 15 mil casos diagnosticados al año, según las últimas estadísticas oficiales. Afecta tanto a mujeres como a hombres y provoca 7.500 muertes anuales.
En la gran mayoría de los casos, se genera primero un pólipo en el colon o el recto que puede crecer durante una década antes de transformarse en un tumor.
En ese tiempo se centran las altas probabilidades de detectarlo, tratarlo a tiempo y curarlo. El primer paso, destacan los expertos, es saber cómo y cuándo actuar. Por eso, en el Día Mundial del Cáncer de Colon, plantean la necesidad de hablar de la enfermedad, para conocer las señales de atención y los chequeos de rutina.
Bajo nivel de controles
“Actualmente sabemos que hay un porcentaje importante de personas que no sigue los controles para la detección precoz del cáncer de colon”, advierte el oncólogo clínico Juan Manuel O’Connor, jefe del área de Tumores Gastrointestinales del Instituto Alexander Fleming. Y grafica la situación con una serie de datos de la 4° Encuesta nacional sobre factores de riesgo del año 2019 (ENFR, realizada por el Ministerio de Salud e Indec).
“Para el caso de rastreo de cáncer de colon, el 31,6% de las personas de entre 50 y 75 años afirmó haberse realizado alguna vez una prueba, y hubo un aumento estadísticamente significativo con respecto a la edición anterior de la ENFR (24,5%). En CABA y en Tierra del Fuego se registró un valor mayor respecto de la media nacional (51,3% y 58%, respectivamente). Este indicador resultó mayor entre aquellos con secundario completo y más (38,1%), y entre las personas con prepaga u obra social (35,2%)”, detalla. También fue más elevado en hogares de mayores ingresos y no hubo diferencias significativas por género.
Sobre los motivos de la baja asistencia a los controles, el cirujano Alejandro Pairola señala que se debe principalmente a “la falta de difusión y de información de los métodos diagnósticos, sin dejar de tener en cuenta los temores que presentan para los pacientes la posibilidad de tener un cáncer de colon y la realización de los estudios complementarios”.
El experto, que es miembro del staff de Cirugía Abdominal del Instituto Alexander Fleming, agrega que la colonoscopia encuentra dificultades para ser implementada como método de diagnóstico de igual forma y cantidad en los distintos estamentos del sistema sanitario de la Argentina. “No se realiza en el mismo número entre el sector público y el privado. Es francamente menor en el primero debido a las distintas barreras que se presentan”, detalla.
El impacto de la pandemia
La crisis sanitaria por la covid-19 obligó a postergar los chequeos médicos en todas las patologías y el cáncer de colon no fue la excepción. “Si la tasa de adhesión ya era baja, con la pandemia esto se vio aún más dificultado por las restricciones de circulación, la adecuación de los servicios médicos -con la que este tipo de estudios perdió prioridad- y la demora que hubo en poner nuevamente en funcionamiento los mismos”, explica el doctor Federico Esteso, sub-jefe de Tumores Digestivos del IAF.
Para tomar dimensión del problema, un relevamiento hecho en Canadá -que tiene un sistema de salud sólido- indica que hubo disminuciones en la realización de estudios de detección de sangre oculta en materia fecal del 67%; en colonoscopía, del 57%; y en cirugía del cáncer colorrectal, del 29%.
“Es de esperar que en nuestro medio eso sea aún superior, y eso plantea el desafío de cómo recuperar lo antes posible a todos esos pacientes para no demorar más su atención y no enfrentarnos a diagnósticos tardíos, reduciendo las posibilidades de curación en estos casos”, advierte.
El doctor Pairola agrega que “tanto el sedentarismo como los nuevos hábitos alimentarios que se produjeron por la pandemia traerán aparejados efectos adversos en la salud de la población a corto plazo. Pero no está claro que el hecho de haber modificado estos dos años dichas costumbres signifique que veremos mayor incidencia del CCR en el mediano plazo; es muy posible que si regresamos a hábitos más saludables podamos revertirlo”.
Las señales a tener en cuenta
El cumpleaños número 50 marca en el calendario de hombres y mujeres la señal de largada para iniciar los controles de rutina: test de sangre oculta en materia fecal y/o colonoscopía. Este tamizaje incluye a personas sanas sin síntomas para “lograr un mayor impacto en disminuir la mortalidad” por este tipo de tumores, explica O'Connor. El objetivo: detectar antes y actuar a tiempo.
Sin embargo, hay algunas señales que pueden indicar la necesidad de anticipar la consulta. “Ante la presencia de sangrado por vía anal o la presencia de materia fecal de color más oscuro de lo habitual (casi negro) y el cambio de ritmo evacuatorio habitual, ya sea diarrea o constipación, se debe consultar inmediatamente. No debemos olvidar como síntomas menos importantes la presencia de dolor abdominal tipo cólico o la intolerancia alimentaria con náuseas y vómitos, la pérdida de peso y la anemia en los laboratorios de rutina sin causa o enfermedad previa”, detalla Pairola.
Por su parte, Esteso apunta que “si hay antecedentes oncológicos de cáncer en la familia, fundamentalmente de cáncer colorrectal, se le debe consultar al médico de cabecera si conviene comenzar a edad más temprana con los controles de salud”.
La detección precoz y las mejoras en los diagnósticos
La detección precoz es la llave para facilitar el tratamiento temprano del cáncer de colon. El doctor Juan Manuel O'Connor destaca la etapa inicial de la lucha contra la enfermedad: la concientización y las campañas de prevención. “Existe en nuestro país un programa nacional de prevención y detección temprana del CCR (PNPCR) dependiente del Instituto Nacional del Cáncer y creado por ley del Ministerio de Salud en 2013. El punto más importante es su implementación, es decir conseguir y trabajar en el acceso y realización de dichos estudios. En el tema de detección precoz no sería un problema de tecnología sino de implementación de este programa”.
Sobre los tratamientos, afirma que hubo avances importantes en los estudios de diagnóstico y en el desarrollo de nuevos fármacos para el control de la enfermedad, como las terapias con blancos específicos que se suman a la quimioterapia. “Pero si tuviera que marcar un punto importante es el trabajo con diferentes especialistas, de manera multidisciplinaria: esto ofrece las mejores alternativas para los pacientes una vez diagnosticada la enfermedad”, afirma.
El doctor Pairola, por su parte, hace hincapié en la realización “en tiempo y forma” de las distintas técnicas para la detección de lesiones preneoplásicas y de cáncer de colon en estadios tempranos para lograr un mejor tratamiento.
A su vez, destaca la simplificación de las videocolonoscopias, con tecnologías más sofisticadas que utilizan elementos complementarios para la visualización con mayor iluminación, y el uso de equipos más flexibles con canales de trabajo por dentro de los mismos. Esto permite “realizar la resección de lesiones preneoplásicas cada vez de mayor tamaño con la consecuente disminución de cáncer, aún en estadio temprano; y por tanto, la disminución también de la necesidad de cirugía”.
“Los estudios por imágenes nos muestran con mayor exactitud el estadio del cáncer de colon. Estos exámenes complementarios incluyen la tomografía, la resonancia magnética y en situaciones especiales el PET”, puntualiza y destaca el impacto positivo que tienen en la decisión de la secuencia y el esquema de tratamiento.
En cuanto a las intervenciones quirúrgicas, el experto destaca los avances en la realización de la cirugía laparoscópica, que permite la recuperación mas rápida y la reincorporación de los pacientes a sus actividades habituales.
“Hemos visto la mejoría en los distintos tratamientos de quimioterapia con la utilización de diferentes drogas y esquemas de administración que año a año van mejorando la calidad de vida y los resultados a largo plazo. Asimismo nos permiten la realización de cirugías antes menos probables de realizar en etapas avanzadas de la enfermedad”, destaca.
Un cambio a tiempo
Las recomendaciones para disminuir la posibilidad de desarrollar cáncer de colon son:
Consumir una dieta rica en fibras, poniendo especial atención en la ingestión de frutas y vegetales en cualquier forma, naturales o cocinados
Disminución del consumo de carnes rojas y de grasa de origen animal; elegir carnes blancas o magras y pescado. Evitar el consumo de alimentos precocinados, embutidos o ahumados
Reducir el consumo de bebidas alcohólicas y evitar el tabaco
Realizar actividad física de manera regular y evitar el sobrepeso
Aumentar la ingesta de suplementos de calcio, vitamina D y ácido fólico
Comer con frecuencia y volúmenes mas pequeños
Expectativas favorables
“En CCR tenemos la posibilidad de detectar y tratar hasta lesiones precancerosas (antes de que se malignicen), lo que constituye en sí una forma de prevención de enfermedad. A partir del desarrollo de un tumor, sabemos que mientras más precoz sea, mayores son las chances curativas y menor es el tratamiento que se necesita. Lo habitual es que un diagnóstico en estadios tempranos tenga chances curativas superiores a 90% sólo con cirugía. Otros pacientes pueden requerir de uso de quimioterapia, radioterapia u agentes biológicos, con su secuenciación o combinación”, explica Esteso.
Pairola coincide y afirma que la situación es “muy prometedora” cuando se logra la identificación de lesiones preneoplásicas con los estudios complementarios. “Ese es el mejor escenario ya que permite que el paciente sólo tenga que realizar controles exhaustivos sin la necesidad de tratamientos ulteriores”.
En cuanto a los tumores que se detectan en una etapa temprana y que requieran sólo de una cirugía para su extirpación, “tienen excelente pronóstico a largo plazo siempre y cuando no descuide sus controles prescriptos por el médico oncólogo que conoce puntualmente las recomendaciones de seguimiento indicadas por las distintas sociedades científicas”.
“Tenemos que hablar más de cáncer para lograr mejores resultados. La manera de disminuir la cantidad de muertos por cáncer colorrectal en la Argentina es adoptar hábitos de vida saludables, seguir las recomendaciones de rastreo en población asintomática, atender a los síntomas para diagnósticos más precoces y acceder a tratamientos con equipos médicos capacitados e interdisciplinarios”, concluye Esteso.