Algunas enfermedades aparecen más en verano por consumir alimentos inseguros, que según la Organización Mundial de la Salud (OMS) afectan a 600 millones de personas al año y generan gastos por unos 100.000 millones de dólares en países de ingresos medios y bajos. En Argentina, un niño de 8 años falleció en la noche de este sábado por botulismo en la localidad de Comandante Andresito, Misiones. Se trata del tercer caso registrado entre los integrantes de una misma familia tras consumir chacinados caseros. El jueves pasado se conoció la muerte de Yolanda Katz, de 77 años, y Marcelo Hupcher de 39. Además, una joven de 24 años permanece en estado crítico y otras siete personas están internadas con el mismo diagnóstico: cinco adultos y dos niños, informaron medios locales.
"Las enfermedades transmitidas por alimentos (ETA) son más frecuentes en verano, ya que las condiciones de humedad y temperatura facilitan el rápido crecimiento de los gérmenes y la generación de toxinas en productos contaminados", explicó a Télam, la gastroenteróloga Silvina Goncalves, jefa de Emergencias del Hospital Udaondo de la ciudad de Buenos Aires.
La especialista alertó que los grupos más afectados son los niños pequeños, las embarazadas, los adultos mayores y los pacientes con el sistema inmune alterado, como trasplantados, inmunosuprimidos o personas con VIH o cáncer.
"Las comidas pueden considerarse inseguras cuando por falta de higiene y salubridad o por su procedencia y conservación son capaces de producir intoxicaciones alimentarias o enfermedades infecciosas. Cremas mal refrigeradas permiten la proliferación de bacterias, chacinados realizados con carne de cerdos no controlados pueden causar triquinosis o quesos caseros sin pasteurizar pueden causar brucelosis", graficó en diálogo con esta agencia la médica infectóloga pediatra Elizabeth Bogdanowicz.
"Si bien las ETA no son necesariamente estacionales, porque pueden aparecer en cualquier momento del año, la época estival es especialmente crítica para la seguridad alimentaria, ya que las altas temperaturas favorecen el desarrollo de microorganismos", destacó Bogdanowicz.