Las calles de la capital escocesa fueron el escenario de manifestaciones ecologistas que alertaron sobre el papel crucial que debe desempeñar la conferencia de la ONU sobre clima COP26 que se desarrolla en Glasgow.
"Kenia es un país agrícola, por lo que dependemos mucho de la agricultura, lo que significa que en los últimos años, cuando las precipitaciones no son constantes, la mayoría de la gente perdió su sustento", agregó.
Sobre la COP26, dijo que tiene esperanzas, pero por otro lado también es pesimista, porque argumentó que estas reuniones se han hecho todos los años y "nada ha cambiado mucho".
A su vez, Mike Grant, de 61 años, de la localidad escocesa de Rosewell, dijo que marchaba para dejar en claro a los líderes que participarán de la cumbre de dos días que comienza mañana como parte de la COP26, que la gente exige una acción mucho más audaz y más rápida ahora.
“Cada fracción de grado que se evita es una vida, un pueblo, una especie salvada en algún lugar del mundo. Los hijos de nuestros hijos no merecen nada menos de una generación que hizo tanto para causar el problema", expresó.
Otro activista de Edimburgo que trabaja en la asistencia social afirmó que, aunque nunca se consideró un activista, había decidido salir a las calles esta vez para exigir a los gobiernos que traten esto con el sentido de urgencia que amerita. "Si tienes hijos, si conoces hijos, el futuro parece aterrador, pero lo peor se puede evitar si nuestros líderes actúan con decisión ahora", afirmó.
Este sábado, activistas de Extinction Rebellion bloquearon la entrada al aeropuerto privado de Farnborough, Hampshire, Inglaterra. Se manifestaron allí con carteles y pancartas condenando el uso de aviones privados.
Greenpeace, por su parte, dijo que su barco llevará a Glasgow a jóvenes activistas de los países más afectados por el cambio climático para exigir a los líderes mundiales mayores respuestas, pese a que ya se les prohibió el desembarco.
La nave zarpó ayer desde el puerto de Liverpool, en el noroeste de Inglaterra, rumbo a Escocia, donde planea llegar hasta Glasgow a través del río Clyde, que está controlado por la policía escocesa.
Pese a la prohibición, el capitán decidió continuar con la travesía y el barco tiene programado llegar a la sede de la COP26 mañana en horas de la tarde, según dijo la organización.
El sábado, la policía de Escocia advirtió que responderá "rápida y enérgicamente" a los manifestantes que intentan interrumpir en la cumbre. El jefe de la policía de Escocia, Iain Livingstone, admitió que probablemente los agentes se verán obligados a "enfrentarse físicamente" a quienes intenten perturbar a los líderes mundiales que asisten a la conferencia.
"Es posible que haya intentos de interrumpir o impedir algunos de estos movimientos. Vamos a hacer todo lo posible para evitarlo", dijo en conferencia de prensa.