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Roxana Flores, hermana de Anselmo Flores, el hombre acusado de intentar degollar a su hijo de tres años en el barrio Confluencia de Neuquén, rompió el silencio con un testimonio estremecedor: "Ese día mi hermano murió para mí". La familia del agresor, que fue quien rescató y asistió al pequeño, relató los dramáticos momentos vividos y pidió el cese del hostigamiento vecinal que han sufrido desde el incidente.

Los hechos: un padre ataca a su hijo en su propia casa

El terrible suceso ocurrió el pasado viernes 4 de julio. Según informaron desde el Poder Judicial y el relato de la propia familia, el niño había ido a visitar a su padre por voluntad propia y con el consentimiento de su madre. La jornada transcurría con normalidad hasta que, cerca de las 19 horas, gritos desesperados alertaron a los familiares que viven en una casa contigua. Al ingresar, encontraron al pequeño con una profunda herida cortante en el cuello.

Heroísmo familiar: rescate y primeros auxilios

"Mi papá lo sacó por la ventana, lo recibí en brazos y salí corriendo a la casa de mi primo", relató Roxana, en una entrevista realizada por el periodistia Rigoberto Castaño que se emitió por medios de Neuquén capital. Ella le realizó los primeros auxilios hasta que lograron llegar al hospital. "Le salvamos la vida como familia, no lo defendimos. Actuamos por humanidad", agregó, destacando la rápida y valiente acción de los presentes.

Estado de salud del niño y situación legal del padre

El menor fue rápidamente atendido en el hospital local. El parte médico oficial confirmó que la herida de 10 centímetros no comprometió arterias ni músculos, por lo que el niño se encuentra fuera de peligro y en recuperación junto a su madre. Sin embargo, la fiscalía acusó a Anselmo Flores por tentativa de homicidio doblemente agravada por el vínculo y la alevosía, y se le dictó prisión preventiva por seis meses.

Alegato de la Defensa y cuestionamientos familiares al entorno materno

Durante la audiencia, la defensa de Anselmo Flores no cuestionó la materialidad del hecho, pero argumentó que el imputado habría sufrido un brote psicótico a causa de una descompensación por consumo problemático de sustancias. La hermana y el padre del agresor coincidieron con esta hipótesis. "Hace años que está perdido. Tiene adicciones, problemas de violencia. Lo denunciamos muchas veces", aseguró Roxana, quien admitió haberse alejado de él por miedo.

La familia también dirigió críticas hacia el entorno de la madre del menor. "Ya habíamos visto situaciones irregulares. El nene ya había salido llorando otras veces. No lo estoy culpando, pero alguien tiene que explicar por qué seguía enviando a su hijo con un hombre que estaba así", cuestionó el abuelo paterno, Fidel.

Victimización y hostigamiento: el duro presente de la familia Flores

Lo que siguió al horror fue el miedo y la estigmatización. Desde la misma noche del suceso, la familia del agresor —la misma que asistió al niño— comenzó a recibir amenazas a través de redes sociales. Se publicaron convocatorias anónimas en grupos de Facebook con la dirección de su vivienda. Esa misma noche, la casa fue apedreada y posteriormente tiroteada. "Estamos a 50 metros de la comisaría, pero nadie vino", denunciaron.

"No somos culpables. Nosotros actuamos. No lo defendemos, lo repudiamos. Pero no pueden hacernos pagar por lo que él hizo", insistió Roxana. La mujer reiteró que no encubre a su hermano y que incluso fue víctima de su violencia en el pasado. "Él ya está preso, tiene que pagar por lo que hizo. Pero yo soy madre, soy estudiante, soy trabajadora. No tengo nada que ver con ese infierno".

Investigación en curso y pedido de paz

Desde el Ministerio Público Fiscal informaron que la investigación sigue en curso. El juez de garantías Lucas Yancarelli dejó abierta la posibilidad de revisar la calificación legal si surgen nuevos elementos. Por el momento, la causa se tramita como intento de homicidio agravado.

Mientras el niño se recupera, su entorno familiar pide justicia, pero también protección y empatía. "Estamos destruidos. Agradecemos que el bebé esté bien, pero esto nos marcó para siempre. Por eso pedimos a la sociedad que pare la violencia. Nosotros no fuimos los agresores, fuimos los que lo sacamos vivo de esa casa", concluyó Roxana, en un ruego desesperado por el fin del calvario que atraviescan.