Imagen
La llegada de una obra de entubamiento y pavimentación en la calle Crouzeilles, en el oeste de Neuquén Capital, se convirtió en una pesadilla diaria para los residentes de Valentina Norte Rural y el límite con Plottier. Desde hace días, cientos de vecinos, incluyendo estudiantes de más de una docena de escuelas, se ven obligados a caminar hasta 800 metros en condiciones precarias para acceder a la línea 29 de colectivo, la única que los conecta directamente con el centro de la ciudad.

La intervención vial, largamente esperada tras incidentes como el hundimiento de un camión el año pasado, busca entubar el desagüe pluvial y asfaltar la calle Crouzeilles, frente al hipódromo de Neuquén. Sin embargo, el proyecto interrumpió por completo el tránsito en la zona, desviando el recorrido del colectivo 29 hacia calles donde, según denuncian los afectados, "no hay usuarios frecuentes, principalmente barrios privados".

Un calvario nocturno y sin información

Imagen

"Las dimensiones acá son de chacras, no son cuadras. Caminamos en plena oscuridad hasta el punto donde ahora pasa el colectivo", relató una vecina del barrio 370 Viviendas, visiblemente indignada. La situación se agrava por la falta de iluminación, la inseguridad nocturna y el mal estado de las calles internas, una alternativa lógica que podría mantener el recorrido pero que, por sus baches, resulta impracticable. "Nos podríamos organizar si pasara por las calles internas del barrio, pero están llenas de baches. Aunque con un poco de voluntad eso se puede arreglar", agregó otro residente, sugiriendo la posibilidad de arreglos provisorios.

La comunidad denuncia que el cambio de recorrido no fue informado por ninguna vía oficial. "Nos enteramos por otros usuarios al esperar en vano durante horas", afirmaron. Los intentos de comunicación con la municipalidad y el servicio de transporte a través del número 147 fueron infructuosos, con "respuestas inexistentes o derivadas a internos donde nadie atiende".

"Los que diagraman estos desvíos no usan colectivo. No tienen idea de lo que implica caminar casi un kilómetro de noche, por calles sin luz ni vereda", apuntó otra de las entrevistadas, evidenciando el desconocimiento de la realidad de los usuarios por parte de los responsables de la planificación.

Peligroso y sin control

A los problemas con el transporte se suma la peligrosidad del tránsito en la zona. La apertura de nuevas vías para facilitar el acceso al obrador ha provocado un constante movimiento de camiones que circulan a gran velocidad. "Los camiones y autos no respetan. No hay control, y estamos en riesgo todos los días", denunciaron los vecinos, preocupados por su seguridad y la de sus hijos.

Los residentes de Valentina Norte Rural no se oponen a la obra, que consideran necesaria, pero exigen medidas urgentes para garantizar el acceso seguro al transporte público durante el tiempo que duren los trabajos. Proponen que el colectivo 29 vuelva a circular por un trazado interno, incluso si eso implica un arreglo provisorio de la calle Los Hornitos, que conecta directamente con el resto del recorrido, evitando así invadir sectores privados o despoblados.

Mientras la incertidumbre crece, la comunidad espera una pronta solución que les permita retomar sus actividades diarias sin los actuales riesgos y dificultades.