Un estudio determinó que los restos del navegante que se custodian en la catedral de Sevilla son auténticos. Científicos los usaron para investigar los datos genéticos del descubridor, chequear información histórica y “derribar mitos”.
El misterio de siglos que rodea a Cristóbal Colón y su lugar de descanso final puede haber sido finalmente resuelto. Un nuevo estudio científico de la Universidad de Granada reveló que el navegante está enterrado en Sevilla, después de que un análisis de ADN confirmara que algunos de sus restos se encuentran en la Catedral de esa ciudad española.
Los hallazgos se publicaron en un documental de RTVE llamado “Colón ADN. Su verdadero origen”, que se estrenó este sábado en el marco de las celebraciones en el estado español del que llaman “Día de la Hispanidad”.
Mediante el análisis de pequeños fragmentos óseos y su comparación con el ADN de los descendientes directos de Colón, los investigadores lograron confirmar con “absoluta certeza” que la última morada del explorador es España, poniendo fin al debate sobre la ubicación de la tumba de Colón.
“Se trata de un descubrimiento pionero que zanja un antiguo debate histórico”, declaró el forense y catedrático de Medicina Legal de la Universidad de Granada Dr. José Antonio Lorente, investigador principal del proyecto. “Ahora podemos decir con absoluta certeza que Cristóbal Colón está enterrado en la Catedral de Sevilla”.
Colón murió en Valladolid (España) en 1506. Sus restos fueron trasladados varias veces, hasta que acabaron en Sevilla en 1898. Sin embargo, el descubrimiento de un ataúd de plomo con huesos que se creía eran de Colón en la República Dominicana en 1877 complicó las cosas, y llevó a los dominicanos a afirmar que los restos de Sevilla eran los del hijo de Colón, Diego.
La teoría tradicional sostiene que procedía de Génova (Italia). Sin embargo, otras naciones europeas reivindican el lugar de nacimiento del “descubridor de América” entre ellas Portugal, Irlanda, Suecia y Croacia.
La última información tras comprobar el ADN deja constancia de que podría ser un judío sefardita, echando por tierra las anteriores teorías.
Aunque no se han publicado todavía las pruebas genéticas para el gran público, el documental español las utiliza como fuente para apuntar que el navegante no era genovés y manipuló su origen para facilitar su vida social, política y mercantil en la sociedad regida por Isabel La Católica y Fernando de Aragón.
La investigación sigue el estudio genético paso a paso y afirma que el análisis del ADN mitocondrial y del cromosoma Y de Hernando Colón, hijo de Cristóbal Colón, muestra características compatibles con un origen judío, lo que rechaza el resto de teorías sobre su procedencia, que también lo vinculaban 25 países o localidades, incluidos Portugal, Galicia, Castilla, Cataluña e incluso Navarra.
El estudio, en el que han colaborado expertos en historia, genética y genealogía, sitúa el perfil genético de Colón en el Mediterráneo occidental, específicamente en “Sefarad”, el término hebreo que designa la Península Ibérica.
Según los datos ofrecidos por el director del documental, Regis Francisco, en la Edad Media vivían en España alrededor de 200.000 judíos, mientras que en la Península Itálica se estima que vivían tan solo entre 10.000 y 15.000.
Donde sí había una población judía mucho mayor era en Sicilia, donde vivían alrededor de 40.000. En estra época, la isla pertenecía a la Corona de Aragón. En ambos lugares fueron expulsados en el siglo XII, y de España, en 1492, el año en el que Colón emprendió su viaje a lo que llamaría “las Indias”, por encargo de los reyes católicos.
Aunque no se ha logrado determinar el lugar exacto de su cuna, la tesis más probable que defiende el investigador Lorente es que Colón era del Levante peninsular. “Si en Génova no había judíos en el siglo XV, las probabilidades de que sea ahí son mínimas”, reafirma el investigador.
“Tampoco había una gran presencia judía en el resto de la Península Itálica, con lo cual lo dejaríamos muy tenue. No existen teorías sólidas ni indicios claros de que Cristóbal Colón pudiera ser francés. Sicilia también sería extraño, porque si no Cristóbal Colón habría escrito con algunos rasgos italianos o del idioma siciliano. ¿Qué nos quedaría? El arco mediterráneo español o las Islas Baleares”, razona.
Una de las pruebas en las que la investigación se apoya para teorizar el origen peninsular de Colón, a pesar de que se sabe que con 25 años ya estaba en Portugal, es que todas las cartas que se conservan de su puño y letra están escritas en castellano. Nunca se aprecia ni una sola influencia o palabra italiana. Es más, escribía en castellano en las cartas que remitió a un banco de Génova.