Somos Télam
Pérdida de docentes, paralización de obras y proyectos en curso, imposibilidad de realizar actividades académicas y dificultades para desarrollar investigaciones que han sido clave para sectores productivos y cuidado del ambiente son algunas de las consecuencias a las que se enfrenta el sistema educativo, científico y tecnológico en la ciudad de Bariloche debido al recorte presupuestario a la educación pública llevado adelante por parte del gobierno nacional.
La problemática quedó de manifiesto este jueves durante una exposición realizada por autoridades de las universidades nacionales con sede en Bariloche y representantes del sistema científico y tecnológico de la ciudad, que dieron cuenta de una “muy frágil situación presupuestaria”, en la previa de la marcha federal universitaria que se realizará el próximo martes 23 en todo el país.
En una sede del Consejo Municipal desbordada, en donde ante la ausencia de espacio muchas personas escucharon desde el exterior del edificio pese a que el termómetro marcaba 4 grados, explicaron la situación autoridades del Conicet Patagonia Norte, la Universidad Nacional del Comahue, la Universidad Nacional de Río Negro, la Universidad Tecnológica Nacional y el Instituto Balseiro.
Con “441 investigadores cada 100.000 habitantes”, una de las tasas las más altas del país, “Bariloche es un polo científico de excelencia”, destacó Celeste Ratto, directora del Centro Científico Tecnológico Conicet Patagonia Norte.
Sin embargo, con este “potencial increíble para el desarrollo de tecnología” -sostuvo- “este pueblo se está quedando sin educación, sin ciencia y sin tecnología”.
Ratto puso de manifiesto las implicancias en la transferencia al sector privado que tienen institutos que dependen del Centro, como el Instituto Andino Patagónico de Tecnologías Biológicas (lpatec) que, entre otros, “tiene mucho trabajo con la industria cervecera local, y que le ha dado un gran impulso al sector”.
También el cuidado del ambiente, ya que el desarrollo de modelos científicos realizados en la ciudad “permiten prever, por ejemplo, la dirección en la que se mueven los incendios forestales, y trabajamos con los bomberos para controlarlos”.
Este centro, que funciona en Bariloche desde hace 15 años, cuenta con mas de 900 agentes distribuidos en las provincias de Chubut, Rio Negro y Neuquén, y los recortes y despidos amenazan su normal funcionamiento.
“Sin las personas de gestión no podemos funcionar. Solo son 20 personas para las más de 900 que somos, y nos las están echando. Están muy especializados y nos las están sacando”, denunció Ratto.
Una situación similar atraviesa el Instituto Balseiro, un ícono de la investigación y el desarrollo nacional en tecnología de punta que a lo largo de los últimos 70 años fue clave en, por ejemplo, el avance sobre usos pacíficos de la energía nuclear.
De la mano de la Comisión Nacional de Energía Atómica, el Instituto se ha constituido en una suerte de “fábrica de empresas” tecnológicas, entre las que destaca Invap, responsable de la construcción de satélites, reactores nucleares y radares.
“Reconducir un presupuesto a enero de 2024 con los valores de enero 23 nos pone en una situación en la cual tenemos fondos para funcionar un tercio del año”, advirtió a SomosTélam Mariano Cantero, director del Balseiro.
El Instituto tiene “desarrollos de infraestructura y equipamiento que estaban programados y se han frenado. Por otro lado, también impactan lo que son los salarios docentes, que se han quedado bajos y estamos empezando a perder docentes que son tentados para irse a trabajar por salario más alto en otro lado”, describió.
“La ciencia y la tecnología no son caras, que cara es la ignorancia”, afirmó Cantero, parafraseando al premio Nobel argentino Bernardo Houssay, y advirtió que el peligro es el de terminar “siendo un país sin educación, un país primarizado en su economía y que no le va a dar la posibilidad a nuestros jóvenes de desarrollarse acá”.
Por su parte, el vicerrector de la Sede Andina de la Universidad Nacional de Río Negro (UNRN), Diego Aguiar, pidió “el acompañamiento de las autoridades municipales y provinciales” ante una situación alarmante devenida de un “presupuesto congelado”.
“Estamos recibiendo los mismos fondos para el funcionamiento de la universidad que en enero del 2023, con un 300% de inflación”, señaló Aguiar.
“Tenemos problemas también para afrontar el aumento de los servicios de internet, que están dolarizados, la electricidad, el gas; dificultades para también llevar adelante los gastos de movilidad, las becas de los estudiantes”, expuso en diálogo con Somos Télam.
“En el componente de salarios también tenemos dificultades las universidades porque los docentes y no docentes han perdido aproximadamente un 45% del salario real en los últimos 4 meses”, agregó.
También denunció que “se han parado todas las obras universitarias”, incluyendo “un edificio de 3600 metros cuadrados con 14 aulas, laboratorio física y química, al que le falta solamente un 2% para finalizarse”.
Mientras tanto, agregó, “tenemos que seguir alquilando aquí en Bariloche seis edificios, dando clase en otros cuatro edificios que son escuelas a contraturno”, negociando “permanentemente con los propietarios” de esos inmuebles tras la desregulación de la Ley de Alquileres.