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Un escalofriante caso de abuso sexual conmueve a la localidad misionera de Colonia Aurora. Lo que comenzó como la valiente denuncia de una mujer contra su propio hermano por abusar de su hija de 15 años y su sobrina de 10, derivó en un descubrimiento aún más macabro: su propio marido también era un agresor. Los aberrantes ataques se habrían prolongado por al menos dos años, y ambos acusados ya fueron detenidos.

El dramático episodio salió a la luz en las últimas horas, aunque la denuncia original fue realizada en marzo. Según el expediente judicial a cargo del Juzgado de Instrucción Uno de Oberá, los procesamientos de los implicados se concretaron tras conocerse los resultados de las pericias psicológicas y médicas.
"Me quedé paralizada, no sabía para dónde correr"

La denunciante, una mujer de 33 años y madre de la adolescente de 15, relató a la Policía el desgarrador momento en que el horror se reveló por completo. Inicialmente, su única sospecha recaía sobre su hermano. "Cuando mi hija me contó lo que le hizo, yo le pregunté, '¿cómo le vamos a contar esto a tu papá?', y ahí ella me dijo: '¿Qué? Si él también me hace lo mismo'. Yo me quedé paralizada, no sabía para dónde correr", expresó la mujer, conmovida.

El camino hacia esta terrible verdad comenzó cuando la madre visitó a una hermana, quien le confió una inquietud: le pareció extraño que el hermano de ambas se acostara en la cama con su sobrina de 10 años, teniendo otra cama disponible. Esto la llevó a advertir a la madre de la víctima sobre el peligro para su hija, dado que el sospechoso frecuentaba su hogar.

Ese mismo día, la mujer decidió hablar con su hija de 15 años, y fue entonces cuando la adolescente, entre lágrimas, reveló el infierno vivido. "Me dijo que mi hermano estaba acostumbrado a manosearla a ella y a la prima, y que su papá también la manoseaba. Ella lloraba y no quería que denunciara al padre. Por eso le dije que no lo iba a denunciar, pero que me contara todo. Ahí me contó que los días que mi hermano salía del fútbol o se iba a casa por otra cosa, esperaba que yo me durmiera para ir a la pieza y la manoseaba, y que el papá hacía lo mismo", lamentó la denunciante.
Pruebas Contundentes: Cámara Gesell y Pericias Médicas

A pesar de que, en un punto de la investigación, la mujer intentó retirar la denuncia alegando que las víctimas habían "inventado todo" por enojo, la Justicia no cedió. La solidez de la acusación contra los sospechosos se basó en dos pruebas clave: el relato de las menores en Cámara Gesell y los informes médicos.

Según el expediente, el testimonio de la chica de 15 años en Cámara Gesell fue "claro, congruente y con adecuada carga emotiva", refiriendo "vivencias abusivas crónicas de carácter sexual en un medio intrafamiliar, por parte de su padre y por parte de su tío".

En cuanto a la menor de 10 años, su relato en Cámara Gesell fue "espontáneo, coherente y acorde a su etapa evolutiva, indica persistentes tocamientos por parte de su tío, a quien identifica como autor de los hechos". El informe pericial añade que la niña "refiere además que su prima también fue víctima, y menciona métodos de coerción, como el ofrecimiento de dinero para que no hablara, lo cual refuerza la credibilidad de su testimonio y la mecánica de abuso persistente en un entorno intrafamiliar, el cual habría tenido lugar desde sus 9 años de edad".
Imputaciones y Prisión Preventiva

Con estas pruebas irrefutables, el juzgado amplió la acusación sobre los implicados en los últimos días. El primero de los sospechosos, tío de las víctimas, quedó acusado por los delitos de abuso sexual con acceso carnal reiterado en concurso real y abuso sexual simple reiterado.

En tanto, el segundo detenido, el padre de una de las víctimas, fue imputado por abuso sexual con acceso carnal reiterado, agravado por el vínculo y por haber sido cometido contra una menor de 18 años, aprovechando la situación de convivencia preexistente con la menor en concurso real.

Se espera que en las próximas horas se les dicte la prisión preventiva y el traslado a la cárcel a ambos imputados.