Por pedido de la fiscal del caso Gabriela Macaya, un varón fue condenado a la pena de 11 años y 4 meses de prisión de cumplimiento efectivo por intentar asesinar a su expareja y a la hija de ella, en la ciudad de Picún Leufú.

Se trata de L.A.P, quien en marzo de este año fue juzgado y declarado responsable por los delitos de homicidio agravado por vínculo haber sido cometido contra quien se mantuvo una relación de pareja, mediando violencia de género y con el uso de un arma de fuego, en grado de tentativa, en concurso real con el delito de homicidio agravado por el uso de un arma de fuego en grado de tentativa (artículos 41 bis, 42, 45, 55, 79 y 80 incisos 1 y 11 del Código Penal).

Ayer, luego de la producción de pruebas, el tribunal integrado por los jueces Lisandro Borgonovo, Eduardo Daniel Egea e Ignacio Pombo resolvió imponer la pena de once años y cuatro meses de cumplimiento efectivo. La fiscal del caso había requerido una pena de 15 años de prisión.

Este hecho fue investigado en forma conjunta por el fiscal jefe Gastón Liotard, la fiscal del caso Gabriela Macaya y por el asistente letrado Federico Cuneo.

El hecho

La teoría del caso que acreditó la fiscalía y por la que L.A.P fue condenado es que el 28 de febrero de 2023, cerca a las 7:20, ingresó al patio de la casa de la víctima y permaneció allí escondido. En un momento, la mujer salió de la vivienda y fue a cargar una camioneta para emprender un viaje, y él la sorprendió y la golpeó. Luego, sacó un revólver calibre 38 y comenzó a darle culatazos en la cabeza, mientras ella intentaba defenderse y le gritaba a su hija para que llamara a la Policía.

Cuando la hija de la mujer salió de la vivienda, también recibió un culatazo. En ese momento, la madre empujó al agresor -que gatilló el arma sin que el disparo saliera- y logró quitarle el revólver. Después de sacarle el arma, la arrojó al patio de un vecino.

Tras ello, las dos mujeres ingresaron a la vivienda y L.A.P, que quedó en el patio, tomó una soga, se la ató al cuello y se colgó de un tirante. Allí dejó cuatro sobres con cartas con contenido machista, dirigidas a distintas personas. Luego llegaron al lugar efectivos policiales que habían sido alertados, cortaron la soga y detuvieron al imputado.

La identidad del condenado se reserva con el objetivo de proteger la intimidad de las mujeres que sufrieron la agresión.

Ayer, luego de la producción de pruebas, el tribunal integrado por los jueces Lisandro Borgonovo, Eduardo Daniel Egea e Ignacio Pombo resolvió imponer la pena de once años y cuatro meses de cumplimiento efectivo. La fiscal del caso había requerido una pena de 15 años de prisión.

Este hecho fue investigado en forma conjunta por el fiscal jefe Gastón Liotard, la fiscal del caso Gabriela Macaya y por el asistente letrado Federico Cuneo.