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Sancionada en 2018 y con modificaciones en 2021, la norma que otorga preferencias a las empresas nacionales en las compras que realiza el Estado, tuvo una "buena ejecución los últimos años”, opinaron especialistas que hicieron hincapié en que su fin impactará negativamente en empresas locales de distintas cadenas de valor.


La derogación de la mayoría de los artículos de la ley 27.437 de Compre Argentino afectará en forma negativa a la producción y el empleo de muchas empresas, advirtieron este viernes especialistas del sector.

El decreto de necesidad y urgencia (DNU) 70/2023 que publicó el jueves el Poder Ejecutivo en el Boletín Oficial, dejará sin efecto práctico a la ley de Compre Argentino y Desarrollo de Proveedores, lo que se anticipa impactará negativamente en empresas locales de distintas cadenas de valor.

En diálogo con Télam, el economista Leandro Mora Alfonsín, señaló que “es un enorme paso atrás para una agenda que asomaba como posible política de Estado más allá de los gobiernos, tras su buena ejecución los últimos tres años”.

La ley de Compre Argentino y Desarrollo de Proveedores se sancionó en 2018 y tuvo modificaciones en el Congreso en 2021. La normativa le otorga preferencias a las empresas nacionales en las compras que realiza el Estado.

La ley "no es una extravagancia de Argentina", sino que regímenes similares se aplican en distintos países del mundo, en especial en los países desarrollados, coinciden los referentes consultados.

Son conocidos los casos de Estados Unidos, China e Israel de propiciar el crecimiento de empresas nacionales en sectores estratégicos de sus economías a partir de esta iniciativa.

Al respecto, un reconocido especialista del sector industrial comentó a Télam que “una gran política que tiene la Ley es que
establece la obligación de hacer acuerdos de cooperación productiva. Esto es, que cuando el Estado y las empresas públicas compran por grandes montos al exterior, por ejemplo, un tren a China o a Francia, lo que se exige es que una parte de esos trenes se hagan en el país o que haya una inversión o una transferencia tecnológica por un 20% del de la compra de valor de la compra”.

Y agregó que “es una forma de aportar a la fabricación nacional las capacidades de una empresa líder a nivel internacional que es capaz de ganar una licitación. Es política industrial y la usan muchísimos países”.
Mora Alfonsín añadió otros factores: “Una Ley de Compre dota de mejores condiciones a empresas nacionales para proveer en proyectos que implican altas escalas, exponiéndose a competir y trabajar a niveles internacionales”.

“Ser considerados con márgenes de preferencias para proyectos hidrocarburíferos, mineros, navales o de otros sectores estratégicos apuntala oportunidades de crecimiento, desarrolla capacidades y habilita instancias de transferencia tecnológica”, sostuvo el economista.

Caída en las ventas, capacidad ociosa y menos innovación
Para los consultados, dejar sin efecto la ley implicará en el corto plazo que haya muchas empresas que vendan menos y tengan capacidad ociosa, caída de la producción y dificultades para sostener sus niveles de empleo.

En el largo plazo, la derogación generará una pérdida de capacidades tecnológicas e innovativas en las empresas, según la mirada de los especialistas.

Esto será así porque el Compre Argentino genera consecuencias positivas en términos de competitividad de las empresas, al permitirles desarrollar más escala y al prepararlas para competir a nivel internacional. Asimismo, el Estado, al tener altos requerimientos, eleva los estándares de las firmas, algo también indispensable para acceder a los mercados externos.

En definitiva, la ley de Compre Argentino y Desarrollo de Proveedores es una herramienta de política industrial muy utilizada en distintos países del mundo para que empresas locales de sectores estratégicos tengan la curva necesaria de aprendizaje para poder competir en igualdad de condiciones.

“No hay que mirar tanto el impacto en trabajadores y consumidores, sino en la posibilidad de cierres de empresas en sectores dinámicos, con oportunidades de pegar saltos discretos de desarrollo”, afirmó Mora Alfonsín.

Por su parte, el presidente de Industriales Pymes Argentinos (IPA), Daniel Rosato, afirmó que “para la industria la medida es un error porque a la ley hay que potenciarla, no derogarla. ¿Para qué? Para que haya más industria argentina, más pymes y, por ende, mayor cantidad de puestos de empleo”.

“Hay sectores como petróleo, gas, minería en los que las grandes empresas tienen muchas necesidades de comprar bienes de capital e insumos que se producen en la Argentina. Por eso era muy importante esta ley, porque iba a permitir el desarrollo de nuevos proveedores en la industria”, agregó el empresario pyme.